jueves. 28.03.2024

Plegaria por Nicaragua

"No nos queda sino apelar a la fe y a la poesía. Elevar una plegaria silenciosa al cielo, pidiendo paz y justicia, que cese el terror y el temor, que los padres no sigan enterrando a sus hijos, pues se altera el orden natural y divino de las cosas"

Soy diplomático de carrera, no puedo y no debo expresar opiniones políticas en esta columna ni de manera pública, pues podría comprometer las posiciones oficiales del gobierno colombiano, por lo cual aquí no expresaré ningún tipo de manifestación que pueda interpretarse en un sentido político, ideológico e incluso diplomático.

Simplemente deseo plasmar el sentimiento humano que me inspira la situación actual de un país que aprendí a querer, pues fue uno de los destinos que he tenido en mi carrera diplomática. Nicaragua tierra de lagos, volcanes y poetas, en donde el suelo es fértil no solo para la caña de azúcar, sino para los escritores, desde aquel faro de la poesía llamado Rubén Darío, hasta llegar al gran Sergio Ramírez, pasando por una larga lista, entre quienes están Ernesto Cardenal, Gioconda Belli, Claribel Alegría y muchos más nombres forjados en la palabra.

En Nicaragua, con mi esposa Patricia, pasamos cuatro años inolvidables, una grata experiencia, especialmente por las personas que conocimos, por los amigos que dejamos, pero por la naturaleza cálida y sencilla de los nicaragüenses que no hacían diferencias en el trato hacia los demás, sin hacer uso de aquellas clasificaciones que a veces nos impone la soberbia y la ignorancia. Aquellas buenas personas que no dudaron en compartir su mesa, en donde comimos el gallo pinto, el baho y el nacatamal, así como bebimos el pinolillo, para no hablar de un ron que es de los mejores.

En Nicaragua nos deslumbró el guardabarranco, un ave que resume la belleza del arco iris en su plumaje, luego descubriríamos que en Colombia se conoce como barranquero o barranquillo, pero en Managua así fuera de forma esquiva, era posible admirarlo, así como decenas de pájaros cantores. La música no solo de las aves nos encantó, pues allí aprendimos a deleitarnos con las letras y música de un compositor como Carlos Mejía Godoy, integrante de una familia tan numerosa como talentosa.

Aprendimos que siempre el ser humano puede sonreír, a pesar de terribles catástrofes, naturales y humanas, pues Nicaragua ha sufrido terremotos, huracanes, deslaves, revoluciones y guerras. Pero su gente no guarda resentimientos ni resquemores, su naturaleza es buena. Los nicaragüenses en líneas generales, nos hicieron sentir como en casa. La pobreza material, consecuencia en parte de las herencias de esas tragedias que he mencionado, se compensa con una riqueza humana insospechada. Por todo ello, nos duele ver las noticias que llegan desde ese querido país, no se entiende lo que no puede justificarse, duele la impotencia ajena y propia, ese sentimiento de no poder hacer nada ante el dolor y el miedo.

No nos queda sino apelar a la fe y a la poesía. Elevar una plegaria silenciosa al cielo, pidiendo paz y justicia, que cese el terror y el temor, que los padres no sigan enterrando a sus hijos, pues se altera el orden natural y divino de las cosas. Que pronto vuelva la sonrisa a los rostros secos de tanto llorar. Una plegaria que podría elevarse al interior de la antigua catedral de Managua -en la imagen-, cuyas ruinas permanecen en pie, como símbolo de la persistencia ante la calamidad, pues su fachada resistió el terremoto de 1972 que partió en dos la historia de la ciudad.

Cierro los ojos e inicio esa plegaria, con esas peticiones y otras que no puedo expresar en esta columna. Con mi abrazo sincero y solidario a los amigos que nos abrieron sus puertas, quienes compartieron con nosotros hasta sus carencias, con todo el cariño que puede albergar un corazón colombiano, el cual es inconmensurable.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

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