Entre el rubio y la morena
Es curioso, pero la expresión “entre la rubia y la morena” se puede interpretar de manera opuesta, o al menos eso pasa en Colombia, porque para algunos puede ser encontrarse entre dos opciones atractivas o, por el contrario, entre dos situaciones negativas. Hoy no entraré a dilucidar su significado, pero el juego de palabras me sirve para referirme a dos referentes culturales colombianos que nos han dejado recientemente, el actor Julio Medina Salazar y la multitalentosa Leonor González Mina, que Descansen en Paz.
Los nombro en orden de desaparición, por eso menciono primero a Medina y luego a González, no por otra cosa. Julio Medina era rubio y Leonor González Mina era morena, o para usar su apodo de batalla era negra, la Negra Grande de Colombia, para decirlo con mayúsculas y cuando no era políticamente incorrecto usar la palabra negro.
Julio Medina Salazar, nació en Chiquinquirá, Boyacá, en 1933, estudió en el tradicional colegio bogotano de San Bartolomé e inicio derecho en la Universidad Javeriana, carrera que abandonó por la locución y la actuación, debutó en Hollywood en 1965 en el serial Gunsmoke y desde ahí no paró, trabajando en series legendarias como la Novicia Voladora, el Gran Chaparral, la Mujer Maravilla, las Calles de San Francisco. Una anécdota curiosa de Julio Medina es que siendo rubio natural, en ocasiones tuvo que tinturarse el cabello y utilizar lentes de contacto oscuros, para interpretar papeles de "latino".
Julio Medina llegó a Estados Unidos sin saber inglés, pero aparte de aprender el idioma, siendo juicioso y disciplinado logró incluso afiliarse a la Asociación Extranjera de Prensa de Hollywood. En 1984 regresó a nuestro país por la puerta grande, estelarizando películas, telenovelas y series colombianas, algunas ya de culto como Los Cuervos, Las Aguas Mansas o En Cuerpo Ajeno. Intervino en un documental biográfico sobre Diego Rivera, en el cual interpretó al gran pintor mexicano.
Leonor González Mina nació en Jamundí, Valle del Cauca, en 1934, siendo joven descubrió su vocación por la danza y la música. Primero fue bailarina del famoso ballet folclórico de Delia Zapata Olivella, realizando giras en Europa y Asia. En una presentación en París, el ballet tenía que hacer tiempo y sus compañeros conscientes de su talento vocal le pidieron que cantara ante el público entre cada presentación. Luego al llegar a Colombia grabaría su primer disco “Cantos de mi tierra y de mi raza”, siendo la primera estrella afrocolombiana en triunfar en el mundo del espectáculo.
Una de las primeras imágenes de mi niñez, fue ver a Leonor González Mina, en el Festival OTI de 1975, con la canción “Campesino de ciudad”, se me quedó el apodo cariñoso de “la Negra Grande de Colombia”, todo un símbolo de la cultura colombiana. Muchos piensan que sólo fue cantante y olvidan o ignoran la gran actriz que intervino en películas extranjeras filmadas en Colombia, como “Crónica de una Muerte Anunciada” de Francesco Rosi, “Race to Danger” con Franco Nero, “Più forte, ¡¡Ragazzi!!” con Bud Spencer y Terence Hill, “Del amor y otros demonios”, “Azúcar” serie del caleño Carlos Mayolo. Algunos la recordamos como Hipólita, la nana de Simón Bolívar en la serie “Bolívar, el hombre de las dificultades”. En 2017 participó en la bonita película animada “El libro de Lila”. En 2019 se realizó una serie titulada “Leonor” inspirada en su admirable vida.
Julio Medina Salazar y Leonor González Mina, dos grandes exponentes de la cultura colombiana, hechos a pulso y a quienes debemos agradecer por dejar en alto el nombre del país.
Posdata: Mientras escribo estas líneas, me entero de la partida de otra entrañable actriz, Sandra Reyes, DEP, quien nos dejó personajes inolvidables en telenovelas y series como “La mujer del presidente”, “Pedro, el Escamoso” o “Rigo”. Casualmente coincidió con Julio Medina en una cinta muy interesante, que mezcló animación con actuación real, “Gordo, calvo y bajito” (2011) protagonizada por Álvaro Bayona. Sandra, una mujer joven y talentosa, en plenitud de la vida que tanto quería, víctima del cáncer. La extrañaremos al otro lado de la pantalla.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.