Hoy deseo referirme al instrumento nacional de Colombia, el tiple. Se trata de una versión de la guitarra, pero en lugar de seis tiene doce cuerdas, lo cual puede indicar la dificultad para la afinación del instrumento. Un legendario tiplista, Hugo Hernández, me decía alguna vez que la vida del intérprete del tiple se dividía en dos, la mitad tocándolo, la mitad afinándolo. Pero si hay dificultad para afinar, debe haber maestría para tocar el instrumento, pues tiene cuatro órdenes de tres cuerdas cada uno, logrando una sonoridad única, muy colombiana.
No resulta fácil ubicar el origen histórico del tiple, ni a quien atribuirle su invención, pero ya se le menciona en textos desde los siglos XVII y XVIII, uno de los primeros manuales para aprender a tocar tiple es del compositor español Pablo Minguet e Yroi en 1752. Sin embargo, en una pintura que reposa en la Iglesia de San Ignacio en Bogotá que data de 1686, es posible observar un ángel con el instrumento en sus manos y el historiador colombiano José Ignacio Perdomo Escobar encontró una cita del año 1680 que dice: “guitarras y tiples para multiplicar la alegría de las gentes buenas”.
En Colombia, el tiple es el instrumento básico para acompañar los ritmos andinos del interior del país como el bambuco y es un instrumento versátil que puede ser solista o acompañante, es decir que puede hacer tanto melodía como armonía, diferencias que los músicos lectores entenderán mejor que los profanos, como el que esto escribe. Aunque resulte difícil, establecer su origen, la verdad es que es parte de la identidad colombiana, como lo ha reconocido el Congreso de la República que lo declaró Patrimonio Cultural de la Nación, conforme la Ley 297 de 2005.
Gracias a un bonito programa de RTVE, que promueve la música tradicional de las islas Canarias, llamado Tenderete, el cual siempre vemos con mi esposa Patricia, he conocido sobre un instrumento de cuerda originario de ese archipiélago, llamado “timple”, ahora bien, no tengo idea si el tiple y el timple, vienen siendo primos hermanos, porque familiares lo son, sin duda, al ser hijos de la guitarra.
Incluso alguien ha insinuado que el tiple colombiano, viene del timple canario, aunque viendo los dos instrumentos, encuentro grandes diferencias. Algunos expertos del tiple, dicen que es descendiente directo de la vihuela española, como otro instrumento colombiano muy bonito, la bandola. Hablando de otros instrumentos de cuerda, encuentro que hay otro tiple, pero esta vez de Puerto Rico, sin embargo, no se asemeja al colombiano.
El tiple en Colombia, ha inspirado diversas obras de arte, desde películas, pinturas, esculturas, pasando lógicamente por canciones, poemas como los de Jorge Robledo Ortíz o el boceto del gran pintor colombiano Juan Carlos Ospina Ortiz (“Apunte para tiple colombiano”), quien me acompaña en esta columna y de manera generosa nos ha facilitado como imagen el dibujo precioso de un tiple.
Cuando se trabaja en la diplomacia cultural, es indescriptible la emoción al ver un auditorio compuesto por compatriotas y ciudadanos extranjeros sorprendido y extasiado, escuchando un instrumento que hace parte de la identidad colombiana. Deseo compartir una de las tantas canciones que se han inspirado en el tiple, en particular esta que le sirvió de inspiración al Maestro Ospina Ortiz para su dibujo, “Tiplecito bambuquero” del legendario dueto “Garzón y Collazos”:
Hoy cuando el pentagrama musical actual, se llena de sonidos básicos y las letras resultan más simples todavía, es un oasis para el espíritu, saber que el tiple sigue trayendo dulces melodías y acompañando las estrofas de ritmos inmortales como el bambuco.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera y escritor por vocación. Lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin