viernes. 26.04.2024

Los dieciséis árboles del Somme

La magia de este libro radica en una historia plagada de incógnitas y en un mapa psicológico de personajes llenos de sombras, de culpa, de remordimientos que el autor, el noruego Lars Mittyng, transmite de manera sublime
Detalle de la portada de Los dieciséis árboles del Somme.
Detalle de la portada de Los dieciséis árboles del Somme.

Reconozco que es un error intentar encontrar en los títulos de los libros esa pista que buscas para saber si te va a gustar o no, pero en este caso acerté. Fue de casualidad, sin que me lo recomendara nadie, que encontré navegando por Internet este título que llamó mi atención al instante y ¿por qué? Pues porque la Gran Guerra siempre me ha interesado y porque el autor, al que no conocía, despertó mi curiosidad. 

En esta novela vamos a conocer a Edvard, un joven noruego cuyos padres fallecieron en un accidente de tráfico en Francia, en los bosques del Somme en circunstancias extrañas, y al que crio su abuelo Sverre en un pueblecito del norte de Noruega. Cuando su abuelo muere, Edvard comienza a descubrir, a través de cartas, de conversaciones, de deducciones, que las cosas nunca fueron como él había creído que eran hasta ese momento, y comienza a investigar su pasado. Así conocerá que tenía un tío paterno Einar, del que apenas sabía nada, que su madre no era quien él creía que era y que su mundo, en definitiva, había sido construido a través de mentiras quizás para ocultar un pasado trágico y doloroso. 

Pero la magia de este libro radica en varios aspectos. La historia en sí está llena de incógnitas que Edvard va despejando a la vez que el ritmo de la narración, se va a adaptando a esos descubrimientos. Retrata un mapa psicológico de los personajes llenos de sombras, de culpa, de remordimientos y lo transmite al lector de manera sublime. Todo tiene que ver con esos árboles de los que viene el título, de un campo de batalla tan trágico que es recordado penosamente por la cantidad de vidas humanas que se llevó por delante, la vida de miles de soldados británicos que, en la mayoría de los casos, apenas era unos niños. 

A mí me gusta leer historias, buenas historias a poder ser, sin que me den lecciones, no sé a vosotros…

En menos de veinticuatro horas, en aquel horror murieron casi veinte mil personas, sin contar a los miles de prisioneros y desaparecidos, y sólo sirvió para avanzar diez kilómetros en el frente. Aquel día, los soldados británicos salieron de las trincheras y avanzaron al paso, recibiendo las balas de los alemanes como si fueran muñecos de tiro en una feria. Pero además es que esos soldados procedían en su mayoría de los mismos pueblos ingleses, y al final del día, esos mismos pueblos habían perdido a todos sus jóvenes…

Volviendo al libro, la narración se hace en primera persona, con un ritmo lento sí, pero elegante y con un lenguaje cuidado, envolvente, aunque sin excesos literarios. Mantiene la intriga en todo momento, con un cierto aire misterioso que no decae y aunque no comienza a coger fuerza hasta pasadas unas páginas, merece la pena esperar. Tengo que decir que si eres ese tipo de lector que necesita engancharse desde la primera página, este no es tu libro, ya que esta novela es más para el lector más pausado, menos impaciente, que sabe esperar porque va a tener su recompensa. 

Los personajes son muy interesantes, y llegas a conocerlos bien, porque están muy bien retratados, llenos de matices, de dobleces, en definitiva, de interés. Para mí Edvard es el tipo de protagonista al que le coges cariño. Teniendo en cuenta que todo el peso de la narración recae sobre él, mantiene el interés y el ritmo y, además, el autor crea entorno a él una especie de halo, porque en la vida de Edvard, todo es un misterio, todo está por descubrir y un personaje así, resulta muy interesante para el lector. 

Cubierta del libro Los dieciséis árboles del SommeCubierta de Los diciséis árboles del Somme, de Lars Mittyng.

En cuanto al autor, Lars Mittyng, un periodista noruego de casi dos metros de altura, nació en 1968 y trabajó también como editor, pero lo dejó todo para dedicarse a la escritura. Parece un hombre tranquilo, amante de los bosques, tiene un libro titulado El libro de la madera, un título curioso que fue éxito de ventas en su país. En una entrevista reciente, Lars dice cosas tan curiosas como que en Noruega el amor se declara con leña, no con flores y que ellos utilizan el lenguaje de una manera más suave, menos directa. No dicen "te quiero", sino "te tengo cariño", y que utilizan mucho la naturaleza para expresar sus sentimientos. Quizás para nosotros esto sea extraño acostumbrados como estamos a un cierto exceso en todo, abusando de palabras que pretenden decir mucho, pero que en realidad muchas veces se quedan en nada… 

Es una novela para leer sin prisas, deleitándote en las frases y disfrutando con la información que va dando sutilmente sin avasallarnos con su conocimiento, porque muchas veces, hay autores que saben mucho sí, pero descargan su sabiduría sin contemplaciones sobre los lectores y te crean una cierta sensación académica en su prosa. A mí me gusta leer historias, buenas historias a poder ser, sin que me den lecciones, no sé a vosotros… Pero bueno, llego al final dejando estos apuntes por si a alguien le interesa leer literatura nórdica alejada de los tópicos. 

Hasta Pronto.

Los dieciséis árboles del Somme
Comentarios