sábado. 27.04.2024

Un sueño por cumplir

La historia de Chloé, nacida en un pequeño pueblo en Las Islas Bisayas en Filipinas: con 21 años emigró en busca de trabajo y nunca regresó
"Quizás más adelante podría pintar las uñas, de color blanco, como siempre había soñado". (Mónica Ortega)
"Quizás más adelante podría pintar las uñas, de color blanco, como siempre había soñado". (Mónica Ortega)

Se llamaba Chloé, nació en un pequeño pueblo en Las Islas Bisayas en Filipinas. Creció rodeada de campos de arroz, sombreros salacot y puestas de sol. La mayor de tres hermanas, tuvo que cuidar de toda la familia cuando su padre falleció. Su madre siempre estuvo enferma y no pudo trabajar.

Chloé comenzó a trabajar cuando tenía dieciséis años para sacar adelante a la familia.Trabajó duró para poder pagar los estudios de sus hermanas.

Cuando cumplió los veintiún años emigró y se fue a trabajar a otro país.En Bisayas no había trabajo y tenía que seguir pagando el colegio y mantener a su familia.

Se fue con una maleta llena de pintaúñas y maquillaje, siempre soñó con poder trabajar en un centro de belleza.

Llegó a aquella gran ciudad y encontró trabajo limpiando mesas en una cafetería.Lo hizo día tras día por un puñado de dólares. Mal vivió alojándose en pensiones baratas y enviando todo su dinero a casa.

Chloé había hecho varios cursos en una escuela de estética antes de salir de Filipinas y sabía pintar las uñas muy bien.

Un día una señora entró en la cafetería y comenzó a hablar con ella, le preguntó por su origen, su familia y cuánto tiempo llevaba viviendo allí. Chloé contestó a todas sus preguntas como pudo porque apenas hablaba inglés.Sabía que tenía que mejorar aquel idioma si quería encontrar otro trabajo.

Después de dos años limpiando mesas y de hablar con los clientes adquirió un nivel de inglés decente y tomó la confianza suficiente como para poder empezar a llamar a otras puertas, esperando que alguna se le abriese.

Siempre siguió manteniendo a su madre, una señora bastante mayor y a sus hermanas, que nunca encontraron trabajo ni pudieron alejarse de su pueblo

Y un día ocurrió, aquella antigua clienta de la cafetería le ofreció un trabajo. Primero lavaría cabezas ayudando a la peluquera, quizás más adelante podría pintar las uñas, de color blanco, como siempre había soñado.

Nunca dejó de trabajar. Pagaba su habitación religiosamente,guardaba algo de dinero para comida y el resto lo enviaba siempre a su país. En eso consistía su vida, trabajar por y para los demás, nunca para ella.

Cumplió los 30 años y seguía trabajando en aquel país que un día la recibió con los brazos abiertos, pintaba las uñas desde hacía algún tiempo. 

Nunca regresó, seguía manteniendo a su madre, una señora bastante mayor y a sus hermanas,que nunca encontraron trabajo ni pudieron alejarse de su pueblo.

Chloé consiguió usar todos aquellos esmaltes de uñas que un día metió en su maleta, pintando su vida de diferentes colores mientras seguía soñando con un futuro mejor.

Un sueño por cumplir
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