Siempre tendremos otra oportunidad de hacer las cosas diferentes y, a partir de los aprendizajes, ponernos unos lentes que nos permitan conectar más con el futuro
"El desierto te calma, te reconforta y te aquieta. Te reconecta con la tierra y contigo mismo. Te reconecta con Dios, que está dentro de nosotros pero que, por no parar, a menudo se nos olvida"