martes. 19.03.2024

Ricardo Darín y la educación sentimental

"Darín ha recibido en el Latino Film Festival en Chicago el premio Gloria por su trayectoria: un largo aplauso del público despejó cualquier duda sobre su merecimiento"

Mi amigo Gerardo Sánchez, director de Días de Cine, hito de la televisión española, me hablaba sobre el influjo de la producción audiovisual en la educación sentimental para quienes hicimos la transición del radio transistor a una pantalla. Así explicaba que un cincuentón como yo, se emocionara por el fallecimiento en 2017 de Roger Moore, un imprescindible de los telones electrónicos que forjaron sensaciones de los entonces niños y jóvenes.

La televisión y el cine son escuelas de educación emocional, algunos dirán que colegio y universidad, en ese orden. Lo demostró la reciente muerte del legendario director japonés Isao Takahata, autor de una obra maestra como El cuento de la princesa Kaguya, pero que a los más veteranos nos pellizcó el alma, al recordar a dos niños, Heidi y Marco. En Colombia aprendimos geografía mundial gracias a esas series animadas y aquellos chicos supimos de unas montañas llamadas Alpes y ciertos países denominados Italia y Argentina, todo esto entre risas y lágrimas. La educación sentimental.

Muchos años después, luego que pasaran coroneles ante escuadrones de fusilamiento, logré conocer a Buenos Aires, una ciudad escuchada en tangos de mi padre-abuelo, pero que no había transitado con mis ojos hasta que llegaron películas como Nueve Reinas, El Hijo de la Novia, El Secreto de sus Ojos, varias de las cintas más importantes de Argentina en su historia, que tienen un elemento en común, su protagonista, el señor Ricardo Darín, un actor que se muestra apacible en medio de una explosión de furia o aterrador mientras habla de forma pausada.

Darín ha clausurado la edición No. 34 del Latino Film Festival en Chicago, un evento que dirige Pepe Vargas, un colombiano que vivió en Argentina, quien le entregó el premio Gloria por su trayectoria. El actor exhibió una modestia, que algunos pensarían es incompatible con el pasaporte argentino, al expresar con cierta duda, si era merecedor o no de este tipo de premios. Un largo aplauso del público, despejó cualquier duda sobre su merecimiento. Nadie dudaba sobre los reconocimientos para quien nos ha motivado tantos sentimientos en el lugar donde se suman soledades individuales, donde vive una especie de criatura mitológica con múltiples ojos y bocas, que entona murmullos sincronizados. La sala de cine.

El cine parece una paradoja en sí mismo, un negocio del ocio. Al tiempo, es la gran suma de todas las artes y permite que la palabra escrita se traduzca en imágenes y sonidos, con el poder de persuadirnos para detenernos por un par de horas en nuestra carrera cotidiana y fijar la mirada en una pared, logrando una especie de milagro, que estemos callados escuchando a otras personas, así el efecto se desvanezca y a la salida del teatro, volvamos a nuestra improvisada y caótica vida sin libreto, ni director.

El festival terminó con la película La Cordillera, protagonizada por Darín, que escenifica las cumbres presidenciales, esas reuniones que son tan decisivas como superfluas. Citas de egos, que parecen efímeras, pero para quienes las hemos ayudado a organizar en el pasado, resultan eternas, por los detalles que deben cuidarse al extremo, la forma y el fondo que garantizan el éxito o el fracaso de estos eventos. Una película que habla de las virtudes públicas de los líderes y de sus pecados privados. Como en todas las películas de Darín, es la condición humana tan previsible, tan sorprendente.

Sea el momento para agradecerle a Ricardo Darín, ese actor hispanoamericano, fundamental de nuestra generación por ser tan buen profesor y no dejarnos reprobar durante nuestra formación sentimental. Que siga el eco del aplauso.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

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