La dinámica capital de Emiratos Árabes Unidos, Abu Dhabi, ofrece a los visitantes una combinación perfecta de modernidad y tradición. En esta guía de dos días, se destacan los imperdibles de la ciudad, que van desde impresionantes monumentos arquitectónicos hasta experiencias culturales únicas.
El primer día comienza en la icónica Gran Mezquita Jeque Zayed, un símbolo de la diversidad y el respeto entre culturas. Con su impresionante arquitectura y sus 82 cúpulas, este lugar sagrado impresiona a cualquier visitante. A continuación, se recomienda una visita al Qasr Al Watan, el majestuoso palacio presidencial, donde los turistas pueden aprender sobre la historia y el legado de EAU.
Para aquellos que buscan una experiencia más glamurosa, el Emirates Palace ofrece la oportunidad de disfrutar de un lujoso café con oro, una delicia que deleita no solo el paladar, sino también la vista. Luego, es imprescindible dirigirse a la Casa de Artesanos en el palacio Qasr Al Hosn, donde se puede apreciar la rica herencia cultural de la región. En invierno y a partir de las 16:00 horas, el Festival Al Hosn brinda una amplia gama de actividades culturales y entretenimiento, ideal para experimentar la alegría de la comunidad local.
El segundo día comienza con un paseo hacia el Museo del Louvre. Esta obra maestra contemporánea alberga una colección de arte impresionante en un entorno que fusiona historia y modernidad. Otro punto destacado es la Casa de la Familia Abrahámica, un espacio dedicado al diálogo interreligioso y la convivencia pacífica, con una mezquita, una sinagoga y una iglesia.
Los visitantes pueden dirigirse más tarde a Yas Island, una de las zonas más emocionantes de Abu Dhabi, donde explorar el Yas Marina Circuit y disfrutar de las compras en el Yas Mall. Con actividades para todos los gustos, Abu Dhabi se presenta como un destino inolvidable que combina cultura, historia y entretenimiento.
Un creciente número de turistas se atreve a explorar las maravillas del desierto, culminando su experiencia con un espectacular safari por las dunas y una cena tradicional que celebra la rica cultura local. Este tipo de actividades no solo permiten a los visitantes disfrutar del paisaje árido y majestuoso, sino que también ofrecen una inmersión en la gastronomía y costumbres de la región.
La actividad comienza al atardecer, cuando los visitantes son recibidos en campamentos típicos ubicados en las proximidades de las dunas. Desde allí, guías especializados llevan a los turistas a recorrer las olas de arena en vehículos 4x4, proporcionando una dosis de adrenalina mientras se aprecian vistas panorámicas del horizonte desgastado por el viento.
A medida que el sol se oculta en el horizonte, el ambiente se transforma, iluminándose suavemente con luces tenues que adornan los asientos dispuestos en el suelo. La cena, que incluye platillos típicos como cordero asado, tagines y una variedad de mezze, se sirve en un ambiente acogedor, acompañado de música tradicional y danzas folclóricas que hacen las delicias de los asistentes.
Este tipo de safaris no solo atraen a aventureros y amantes de la fotografía, sino que también se han convertido en una opción popular para familias que desean compartir momentos únicos. De este modo, el desierto continúa consolidándose como un destino turístico de referencia, donde la belleza natural y la tradición se entrelazan en una experiencia memorable.
