sábado. 20.04.2024

Helen Al Janabi se vio obligada a abandonar Siria en 2009. Allí nació, allí creció y allí cimentó una sólida carrera de actriz de cine, series de televisión y teatro. Pero la vida en su propio país se tornó inviable. El Gobierno le negó la ciudadanía por el imperdonable delito de tener un padre iraquí, con cuyo Estado el régimen de Damasco mantiene una inveterada enemistad desde hace décadas. Que su madre fuera natural de Siria no movió ni un músculo burocrático de la rocosa administración de Bashar Al Assad. “Ser una no ciudadana me dejaba sin derechos humanos. Así que decidí mudarme a Suecia”, asegura la actriz en una entrevista realizada por EL CORREO DEL GOLFO a través del email, una semana después de recibir el prestigioso Premio Unesco-Sharjah 2022

Llegó a Estocolmo con una mano delante y otra detrás. “Fue muy duro”, admite. Todos los elementos giraban en su contra. No tenía un lugar para vivir, ni un trabajo con el que sustentarse, ni siquiera un idioma gracias al cual poder comunicarse con la gente. Y casi lo peor de todo: tuvo que renunciar a su oficio de actriz. Trabajó duro. Y en pocos años fue capaz de darle la vuelta a la adversidad como a un calcetín. Recurrió al teatro como herramienta dinamizadora de refugiados de origen árabe. Y en 2015, fundó Arabiska Teatern, el primer grupo dramatúrgico arabófono de Europa. Desde entonces ha producido cinco piezas en árabe y ha protagonizado más de 400 representaciones en Suecia, entre ellas “El Principito” y “Don Quijote”. 

Helen Al Janabi ha tendido en el seno de la sociedad sueca un colosal puente de comunicación intercultural

Ese colosal puente de comunicación intercultural que Helen Al Janabi ha tendido en el seno de la sociedad sueca es lo que el jurado del Premio Unesco-Sharjah 2022 le ha reconocido con toda solemnidad en un acto celebrado en la sede central de la organización internacional en París el pasado 31 de mayo. El galardón subraya el extraordinario valor de su trabajo y ensalza su “excelente ejemplo de cómo usar la cultura para mejorar el respeto y el entendimiento” entre los pueblos. Asimismo, la califica como “motor de una nueva generación cultural”. Helen Al Janabi recibió el premio junto a la poeta estadounidense iraquí Dunia Mijail. 

La actriz sirio iraquí se formó en la Academia de Teatro de Damasco y desarrolló una amplia carrera en el mundo de la interpretación. “Pero se me hizo muy difícil porque no tenía pasaporte”, explica vía correo electrónico. Desde que se exilió en Suecia, durante cinco años no volvió a subirse a un escenario. En todos sus trabajos teatrales se refleja la vida de los refugiados y la lucha de la mujer árabe por la conquista de una vida mejor.  “Ahora estamos haciendo una obra sobre el Holocausto”, señala. 

Helen Al Janabi se siente profundamente agradecida a la oportunidad que le está brindando Suecia. El país escandinavo tiene una larga tradición de asilo, que mantiene viva pese al empuje creciente de los movimientos identitarios y xenófobos. “En Suecia la situación de los refugiados está muy bien en comparación con la mayoría de los países del mundo”, argumenta. Así lo demuestra el hecho de que ella misma logró la carta de ciudadanía cinco años después de pisar Estocolmo. “La sociedad se preocupa por sus ciudadanos y por los refugiados que vienen aquí. La educación es gratis. Si quieres estudiar tienes grandes oportunidades. Aunque, por supuesto, también hay problemas. Si no aprendes sueco o tienes poca educación es difícil encontrar trabajo”. La realidad sobre el terreno, según describe Al Janabi, es que multitud de refugiados de origen árabe estudian, montan empresas y trabajan en empleos, a veces no bien remunerados. “A menudo”, matiza, “no podemos hacer lo que hicimos en nuestros países de origen”. 

Helen Al Janab premio Sharjah Unesco (1)
De izquierda a derecha, María Luisa Langella, bibliotecaria en el Centro de Estudios Orientales en la Universidad de Oxford; la actriz sirio iraquí Helen Al Janabi; y Luisa Mora, directora de la Biblioteca Islámica de Madrid. (Cedida)

Personalmente, no ha sido víctima de ataques xenófobos. Pero, de vez en cuando, escucha voces criticando que promueva teatro en lengua árabe. “Esto es, por supuesto, una muestra de odio contra los árabes, xenofobia e islamofobia. Son una minoría, pero aún así, son muchos y generalmente gente estúpida, inculta y la mayoría hombres”. Helen Al Janabi se muestra preocupada por el recurrente debate en sectores que solicitan la prohibición de las escuelas con educación islámica o el uso del hiyab. Y precisa: “Yo no soy religiosa”. En su opinión, las políticas prohibicionistas no son deseables. “El odio y la desconfianza entre personas o entre minorías son pecado”, remacha. 

La concesión del Premio Unesco-Sharjah 2022 le ha sorprendido gratamente. “Fue un reconocimiento al arduo trabajo que hicimos durante muchos años de promover un teatro de la minoría árabe en el norte” de Europa. En el acto, el sheij Salem Jalid Abdullah Al Qasimi, subsecretario de Estado para el Departamento de Patrimonio y Artes y representante permanente de Emiratos Árabes Unidos (EAU) ante la Unesco, destacó que el objetivo del premio es “apoyar la cultura árabe y mejorar su estatus”, al tiempo que elogió la colaboración entre su país y el organismo internacional, lo que ha posibilitado que el galardón alcance ya su 20 edición. 

El Premio Unesco-Sharjah persigue “recompensar los esfuerzos de personas, grupos o instituciones que hayan contribuido a la difusión de la cultura árabe en el mundo"

El Premio Unesco-Sharjah fue impulsado y financiado por el sheij Sultán Bin Mohamed Al Qasimi desde el año 2001. El emirato de Sharjah corre a cargo de todos los gastos organizativos, incluida la dotación económica de los galardonados, cifrada en 30.000 dólares. Las bases de la convocatoria anual buscan “recompensar los esfuerzos de personas, grupos o instituciones que hayan contribuido, mediante sus obras artísticas, intelectuales o promocionales al desarrollo y la difusión de la cultura árabe en el mundo”.

A lo largo de estos veinte años, decenas de escritores, ensayistas, artistas o intelectuales han sido reconocidos por el galardón de la Unesco. El arabista español Juan Vernet fue premiado en 2004, mientras que la Biblioteca Islámica, dependiente de la AECID y el Ministerio de Exteriores de España, recogió el galardón en 2015. La argentina Asociación Civil del Creciente Cine Fértil para la Promoción de la Diversidad Cultural fue galardonada en 2017. También han logrado el acreditado premio internacional el traductor de árabe brasileño Joao Baptista de Medeiros (2010) y el escritor y poeta portugués José Adalberto Coelho Alves (2008). 

Helen Al Janabi o cómo convertir el teatro en arma de integración
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