La Asociación de Amistad Andaluza-Marroquí Foro Averroes verá la luz oficialmente a finales de septiembre o principios de octubre en un acto público en Sevilla (España), pero es el resultado de una iniciativa ciudadana puesta en marcha hace más de un año en el trance de la profunda crisis diplomática y política que colapsó las relaciones entre España y Marruecos. La primera respuesta al preocupante bloqueo intergubernamental fue la publicación de un manifiesto firmado por un nutrido grupo de escritores, profesores, pensadores y ciudadanos de ambas orillas.
“Instamos a las personas de bien de ambos lados del Estrecho a sumarse a los esfuerzos de recuperación de unas relaciones hispano-marroquíes basadas en la mutua confianza y en el respeto”, señalaba aquel escrito firmado por escritores de la categoría de Tahar Ben Jelloun, Antonio Hernández, Hossain Bouzineb, Rafael Guillén, Abdellatif Laabi, Juana Castro, Malika Embarek o Juan José Téllez, algunos de los cuales se han incorporado ahora a la junta directiva del Foro Averroes.
“Nos mueve esencialmente intentar hacer realidad el pensamiento de Averroes”
La Asociación se propone tres objetivos concretos. El primero es la creación de un Premio Averroes destinado a reconocer a aquellas personas o entidades destacadas en el fortalecimiento de las relaciones andaluzas y marroquíes. Se otorgará con carácter anual. El segundo propósito es la institucionalización de un encuentro bianual que reúna en Andalucía y Marruecos, de forma alterna, a pensadores, intelectuales y creadores de las dos orillas para debatir ideas que refuercen la convivencia entre los dos pueblos. Y, por último, el colectivo quiere fundar un Observatorio Averroes, constituido por personalidades de reconocido prestigio, con capacidad para emitir informes y análisis dirigidos a los gobiernos y la sociedad, en general.
“Nos mueve esencialmente intentar hacer realidad el pensamiento de Averroes”, declara el escritor y poeta José Sarria, presidente de la Asociación. De hecho, el colectivo lleva el nombre del filósofo cordobés andalusí y rescata como frontispicio de su web una de sus frases más célebres: “La ignorancia lleva al miedo; el miedo lleva al odio; el odio lleva a la violencia. He aquí la ecuación”. Y añade Sarria: “Queremos romper con la ignorancia, que es una derivada del desconocimiento. Y el conocimiento mutuo destruirá los miedos, las fobias y, en última instancia, la violencia”.
En opinión del presidente del Foro Averroes, entre España y Marruecos existe un malentendido histórico. Y cita un libro de Alfonso de la Serna, escritor y ex embajador en Marruecos fallecido en 2006, cuyo título es esclarecedor: ‘Al sur de Tarifa. Marruecos España. Un malentendido histórico’. La tesis del ensayo, compartida por Sarria, sostiene que en España aún subyace un “sentimiento poscolonial muy agudizado”. De tal manera, añade el presidente de la Asociación, que se sigue percibiendo a Marruecos por buena parte de los dirigentes españoles “no como un país soberano al que hay que tratar de tú a tú”. “Y eso es un elemento muy importante que distorsiona las relaciones”, agrega.
José Sarria cree que aún existe un “desconocimiento absoluto del otro”, pese a que tan solo les separan 14 kilómetros de distancia. En gran medida, argumenta, por la educación dominante que ha contemplado a España “solo desde Castilla”, tal como defendió el historiador Claudio Sánchez Albornoz. “No hay una contemplación de la España musulmana ni de la España sefardí. Y tanto los españoles musulmanes como los españoles sefardíes son tan españoles como los cristianos”, lamenta. “Esa premisa de Albornoz es la que ha prevalecido en el sistema educativo y forma parte de la esencia española”.
"Los españoles musulmanes como los españoles sefardíes son tan españoles como los cristianos”
El poeta y escritor malagueño echa en falta “puentes permanentes” entre Occidente y el mundo oriental. “Las asociaciones estamos a pie de obra y aportamos nuestra visión. Si no hay un cambio en el marco de la superestructura es muy difícil”. La relación de José Sarria con Marruecos viene de largo. Desde joven mantuvo un intenso interés personal en el mundo sefardí y magrebí. Atraído por el fenómeno de los autores marroquíes que escribían en español, convirtió este terreno en su área de investigación. Desde entonces, ha viajado medio centenar de veces al país magrebí y mantiene una prolífica relación personal e intelectual con escritores y pensadores marroquíes.
Las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos sufrieron un brusco deterioro después de que el Gobierno de Madrid diera luz verde para acoger en un hospital al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, gravemente enfermo de covid. El gesto humanitario irritó seriamente a Rabat, que mantiene desde hace 50 años un largo contencioso territorial a cuenta del Sáhara Occidental. La respuesta de Marruecos no se hizo esperar: retiró a su embajador y permitió la entrada de miles de inmigrantes ilegales en territorio español a través de las fronteras de Ceuta y Melilla. El desencuentro pudo ser superado hace escasas semanas tras una declaración pública del Gobierno español favorable a la autonomía del Sáhara Occidental en el marco de la soberanía marroquí, en lo que supuso un viraje sin precedentes de la posición española en el conflicto.
