Esta operación, valorada en 11,2 millones de euros, se realiza a través del consorcio Safeen Drydock, lo que permitiría mantener los empleos de sus 70 trabajadores y evitar el cierre definitivo de la histórica empresa.
El Juzgado de lo Mercantil número 1 de San Sebastián ha dado luz verde a esta transacción, que daría continuidad a la actividad del astillero bajo el nuevo nombre de Balenciaga Shipyard.
El consejero vasco de Industria, Mikel Jauregi, ha manifestado que la finalización del concurso de acreedores sería una excelente noticia para la industria vasca y las familias afectadas: "Estamos ante una gran oportunidad para el sector naval en Euskadi".
Desde finales de 2024, Astilleros Balenciaga había estado en concurso de acreedores, tras la negativa de Cofides a su plan de reestructuración.
En este contexto, los trabajadores habían solicitado apoyo a las administraciones públicas, subrayando la viabilidad de la empresa.
La prolongación de un ERTE y la quita parcial de deuda han facilitado la llegada de nuevos inversores interesados en revitalizar la emblemática industria.