En medio de la caída de los precios del petróleo, que actualmente rondan los 60 dólares por barril, Emiratos Árabes Unidos está emergiendo como un líder destacado en el Golfo Arábigo, demostrando una resiliencia excepcional y redefiniendo su rol económico. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía de Emiratos se proyecta crecer un 4,8% este año y un 5,0% en 2026, cifras que superan a muchos de sus pares regionales.
La estrategia de diversificación económica liderada por el Gobierno durante la última década ha sido clave para este éxito, con sectores no petroleros contribuyendo ahora con más del 73% del PIB, impulsados por el turismo, la logística y la economía digital. En 2024, el comercio no petrolero ascendió a casi tres billones de dirhams (817.000 millones de dólares), consolidando su posición como centro de negocios global.
El director de estrategia de PwC Oriente Medio, Stephen Anderson, destacó que EAU está "rediseñando su papel de proveedor de energía a líder mundial en comercio e inversión". A pesar de los desafíos planteados por la OPEP+ y las tensiones regionales, Emiratos mantiene superávits fiscales y externos, proporcionando una estabilidad que contrasta con los déficits previstos en países vecinos como Arabia Saudita y Bahréin.
Estos logros reflejan el compromiso del Golfo con la reforma y la expansión de su presencia comercial más allá de los hidrocarburos. La transformación económica de EAU es ejemplo de cómo políticas fiscales disciplinadas y apertura al comercio pueden aislar a una economía de las fluctuaciones de los precios de las materias primas. Con EAU a la vanguardia, la visión de un futuro post-petróleo ya es una realidad palpable en la región.
