El Gobierno de Estados Unidos intensificó este miércoles la presión sobre el régimen iraní al anunciar su mayor paquete de sanciones desde 2018, dirigido a más de un centenar de individuos, empresas y buques involucrados en el comercio de petróleo y sus derivados entre Irán y Rusia.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, reveló que más de 115 entidades han sido sancionadas, muchas de ellas vinculadas a Mohamed Hussein Shamjaní, quien dirige un extenso imperio naviero.
Shamjaní es hijo de un alto asesor del líder supremo iraní, Ali Jameneí, y se ha beneficiado de la corrupción relacionada con la influencia política de su padre.
Estas sanciones buscan cortar el flujo de ingresos que el régimen iraní utiliza para financiar actividades terroristas y reprimir a su población.
La familia Shamjaní acumula riqueza a través de una vasta red que transporta productos derivados y petróleo desde Irán y Rusia a compradores globales, generando miles de millones de dólares.
Además, el Departamento de Estado incluyó en su lista de sanciones a 20 entidades y diez barcos por su participación en envíos ilícitos.
El mensaje es claro: cualquier comprador de petróleo o petroquímicos iraníes se enfrenta a sanciones que les impedirán hacer negocios con Estados Unidos.
La administración Biden reafirma su compromiso de mantener la presión hasta que Irán renuncie a sus aspiraciones nucleares y adopte un acuerdo que promueva la estabilidad regional.