Mekonen explicó que la creciente demanda de energía por parte de los mineros ya establecidos y aquellos que buscan ingresar al mercado ha llevado a la EEP a replantear su compromiso con la minería de criptomonedas. El último informe sobre las perspectivas energéticas del país advierte que esta actividad podría consumir un tercio de la producción eléctrica total, en un país donde el 46% de la población carece de acceso a la electricidad.
La llegada de mineros atraídos por los bajos costes de electricidad y la falta de regulaciones estrictas fluctuó tras la prohibición del comercio de criptomonedas en Etiopía. Actualmente, 36 empresas de minería han firmado acuerdos de compra de energía, pero la EEP ha dejado claro que no se permitirán ampliaciones en sus operaciones.
Aunque las empresas ya instaladas seguirán recibiendo suministro eléctrico, se revisarán las tarifas establecidas. Con esta decisión, Etiopía busca priorizar el abastecimiento de sectores esenciales, especialmente en áreas rurales que sufren constantes apagones.