24 de abril de 2025, 8:26
En un sorprendente giro de acontecimientos, muchos residentes de Dubai están acudiendo en masa al emblemático Zoco de Oro de la ciudad, no para adquirir joyas, sino para vender su oro acumulado durante años, aprovechando los precios récord que han llevado el valor del metal amarillo a 400 dirhams por gramo.
Mientras algunos buscan satisfacer necesidades inmediatas, otros ven en esta venta una decisión financiera inteligente. Absar Ahmed, un residente de Al Jaddaf, ha decidido vender su oro para financiar su esperado viaje de peregrinación Hajj. “Cada seis meses compraba un lingote de oro tola; ahora estoy obteniendo más de 15.000 dirhams de ganancia”, declaró Ahmed al diario Khaleej Times.
Por otro lado, Amit Harshad, un expatriado indio de 27 años, utiliza las ganancias de su oro para costear su próxima boda. Ha recolectado 154 gramos a lo largo de diez años y ahora está viendo cómo el valor de su inversión se dispara: “Voy con una ganancia de más de 39.000 dirhams, lo que me ayudará enormemente con los gastos”.
Momina Azam, una expatriada pakistaní, se sumó recientemente a este fenómeno tras la pandemia. “Empecé hace cuatro años y ahora planeo liquidar mis deudas con las ganancias”, comentó.
Este aumento de ventas no es un incidente aislado, según Affan Sada, comerciante del Zoco: “Hemos observado un incremento notable en las transacciones, ya que el oro ha alcanzado su nivel más alto en la historia. Las personas están viendo su oro como un activo valioso”. Desde la pandemia se modificó la percepción del metal precioso, transformándolo de una mera joya a una herramienta financiera clave.
Mientras algunos buscan satisfacer necesidades inmediatas, otros ven en esta venta una decisión financiera inteligente. Absar Ahmed, un residente de Al Jaddaf, ha decidido vender su oro para financiar su esperado viaje de peregrinación Hajj. “Cada seis meses compraba un lingote de oro tola; ahora estoy obteniendo más de 15.000 dirhams de ganancia”, declaró Ahmed al diario Khaleej Times.
Por otro lado, Amit Harshad, un expatriado indio de 27 años, utiliza las ganancias de su oro para costear su próxima boda. Ha recolectado 154 gramos a lo largo de diez años y ahora está viendo cómo el valor de su inversión se dispara: “Voy con una ganancia de más de 39.000 dirhams, lo que me ayudará enormemente con los gastos”.
Momina Azam, una expatriada pakistaní, se sumó recientemente a este fenómeno tras la pandemia. “Empecé hace cuatro años y ahora planeo liquidar mis deudas con las ganancias”, comentó.
Este aumento de ventas no es un incidente aislado, según Affan Sada, comerciante del Zoco: “Hemos observado un incremento notable en las transacciones, ya que el oro ha alcanzado su nivel más alto en la historia. Las personas están viendo su oro como un activo valioso”. Desde la pandemia se modificó la percepción del metal precioso, transformándolo de una mera joya a una herramienta financiera clave.