7 de enero de 2025, 13:53
Las mujeres extranjeras que deseen contraer matrimonio con nacionales de Emiratos Árabes Unidos (EAU) deben cumplir con una serie de requisitos legales que reflejan la política del Gobierno emiratí en favor de preservar y fortalecer la estructura social y demográfica del país. Esta política, impulsada por la Ley Federal Nº 47 de 1992 y respaldada por el Fondo Matrimonial, busca fomentar los matrimonios entre los propios ciudadanos de EAU.
Los hombres emiratíes están obligados a pagar una dote máxima de 50.000 dirhams al momento de firmar el contrato matrimonial, una práctica que también se aplica a los matrimonios con extranjeras, siempre que estas sean musulmanas. Sin embargo, aquellos ciudadanos que forman parte de las Fuerzas Armadas o del Ministerio de Asuntos Exteriores deben obtener un permiso especial para poder casarse con expatriadas.
En el caso de las mujeres emiratíes que optan por una boda con un extranjero, deben tener el consentimiento de sus padres o tutores y, si trabajan en las Fuerzas Armadas, también requerirán un permiso de su empleador. Es importante señalar que, para que se les permita contraer matrimonio con un extranjero, no deben haber obtenido la nacionalidad por dependencia, sino únicamente por su nacimiento en una familia emiratí.
Además, el futuro esposo extranjero debe cumplir ciertos criterios: no ser apátrida, ser musulmán, contar con residencia legítima en EAU y presentar un certificado de buena conducta emitido en Emiratos. A diferencia de los hombres emiratíes que desean casarse con extranjeras, estos requisitos no son exigidos para las novias que se vinculan con varones emiratíes.
El matrimonio también implica diferentes derechos para ambas partes. Mientras que una mujer extranjera puede adquirir la ciudadanía de EAU tras tres años de matrimonio, el hombre extranjero no tiene derecho a la ciudadanía ni a beneficios adicionales al casarse con una emiratí. En cuanto a la descendencia, los hijos de parejas mixtas pueden obtener la nacionalidad emiratí, siempre que uno de los padres sea emiratí y musulmán, marcando un cambio significativo respecto a normativas anteriores que limitaban este derecho.
Así, es evidente que el matrimonio entre mujeres extranjeras y hombres emiratíes está cultural y legalmente regulado en EAU, bajo condiciones específicas que responden a la visión del país sobre la conservación de su identidad nacional y social.
Los hombres emiratíes están obligados a pagar una dote máxima de 50.000 dirhams al momento de firmar el contrato matrimonial, una práctica que también se aplica a los matrimonios con extranjeras, siempre que estas sean musulmanas. Sin embargo, aquellos ciudadanos que forman parte de las Fuerzas Armadas o del Ministerio de Asuntos Exteriores deben obtener un permiso especial para poder casarse con expatriadas.
En el caso de las mujeres emiratíes que optan por una boda con un extranjero, deben tener el consentimiento de sus padres o tutores y, si trabajan en las Fuerzas Armadas, también requerirán un permiso de su empleador. Es importante señalar que, para que se les permita contraer matrimonio con un extranjero, no deben haber obtenido la nacionalidad por dependencia, sino únicamente por su nacimiento en una familia emiratí.
Además, el futuro esposo extranjero debe cumplir ciertos criterios: no ser apátrida, ser musulmán, contar con residencia legítima en EAU y presentar un certificado de buena conducta emitido en Emiratos. A diferencia de los hombres emiratíes que desean casarse con extranjeras, estos requisitos no son exigidos para las novias que se vinculan con varones emiratíes.
El matrimonio también implica diferentes derechos para ambas partes. Mientras que una mujer extranjera puede adquirir la ciudadanía de EAU tras tres años de matrimonio, el hombre extranjero no tiene derecho a la ciudadanía ni a beneficios adicionales al casarse con una emiratí. En cuanto a la descendencia, los hijos de parejas mixtas pueden obtener la nacionalidad emiratí, siempre que uno de los padres sea emiratí y musulmán, marcando un cambio significativo respecto a normativas anteriores que limitaban este derecho.
Así, es evidente que el matrimonio entre mujeres extranjeras y hombres emiratíes está cultural y legalmente regulado en EAU, bajo condiciones específicas que responden a la visión del país sobre la conservación de su identidad nacional y social.