sábado. 20.04.2024

El captagón es una anfetamina derivada de un medicamento que se supone sirve para tratar la narcolepsia o el déficit de atención. Su ingrediente es la fenetilina. Esta droga ilícita se ha expandido por Oriente Próximo y Arabia Saudita constituye su mayor mercado.

Por años, fue utilizada como antidepresivo de prescripción médica en Occidente, aunque luego pasó a estar prohibida cuando se demostró su elevado potencial adictivo. Hasta hace no mucho, se denunció que su producción era una de las fuentes de ingresos del autodenominado Estado Islámico, por lo que se le llegó a llamar incluso la "droga de los terroristas". Ahora, investigaciones aseguran que su producción y distribución a gran escala por el Golfo Arábigo es un tema de Estado.

Más de once años de guerra civil han hecho de Siria un fragmentado campo de ruinas, pero con algo en común detras de cada línea de frente: el captagón, una droga que ha convertido al país en un narcoestado. El estimulante ha generado una industria ilegal de 10.000 millones de dólares, beneficiosa no sólo para el régimen del presidente Bashar al Asad sino también para muchos de sus enemigos.

El auge del captagón ha convertido Siria en el narcoestado más joven del mundo y su comercio ha arraigado con fuerza en el vecino Líbano, cuya economía se hundió en los últimos años. Esta droga es de lejos el primer producto de exportación de Siria y supera todas las exportaciones legales juntas, según estimaciones elaboradas a partir de datos oficiales recabados por la agencia France Presse (AFP).

La droga comienza su viaje en las zonas menos vigiladas por las autoridades entre Siria y Líbano. Con una máscara y los ojos ocultos tras gafas oscuras, un traficante del valle libanés de la Bekaa cuenta a AFP cómo organiza los envíos. "En general se asocian cuatro o cinco peces gordos y comparten el costo de una carga de diez millones de dólares, por ejemplo, para cubrir las materias primas, el transporte y los sobornos", explicó.

"El costo es bajo y los beneficios altos", añadió este traficante, y precisó que aunque sólo salga bien uno de cada diez envíos, "sigues ganando". "Hay un grupo de más de 50 barones. Forman una gran red y son sirios, libaneses y saudíes", detalló.

El tráfico de captagon abarca varios países y numerosos actores clave tienen vínculos tribales, por lo esencial a través de los Bani Jaled, una confederación beduina que se extiende de Siria y Líbano a Jordania, Irak y Arabia Saudita. 

Más de 400 millones de pastillas fueron incautadas en Oriente Próximo y otros países sólo en 2021, según datos oficiales. Este año se espera que las incautaciones sean aún mayores. Por cada cargamento que se intercepta, nueve llegan a destino, afirmaron a AFP responsables de aduanas y de la lucha antinarcóticos. Eso significa que, incluso partiendo de un precio medio de cinco dólares por comprimido, y con solo cuatro cargas de cada cinco llegando a su destino, el captagon representa una industria de al menos 10.000 millones de dólares. Siria es el origen del 80% del tráfico mundial, según responsables de los servicios de seguridad, por lo que este comercio representa al menos el triple de sus presupuestos. Según expertos en estupefacientes, el Estado sirio está en el corazón de este tráfico en las zonas controladas por el régimen de Bashar al Asad.

De acuerdo con esos especialistas, la opaca red de señores de la guerra y oportunistas en los que se ha apoyado el presidente sirio ha salido muy beneficiada con el tráfico del captagón. Los expertos citaron en particular al movimiento libanés Hezbolá, apoyado por Irán, que según ellos desempeña un importante rol en la protección del tráfico a lo largo de la frontera libanesa.

Qué es el captagón, la droga producida en Siria y la más consumida en Arabia Saudita
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