martes. 23.04.2024

La Fiscalía Federal y la Policía Criminal Federal de Alemania detuvieron el mes pasado a dos ex miembros de las Fuerzas Armadas sospechosos de querer poner en marcha una “organización terrorista” mediante la creación de un comando militar. Según señaló la Fiscalía Federal en un comunicado, estos dos individuos trabajaban en la creación de "una unidad paramilitar de 100 a 150 hombres" con la intención de intervenir en la guerra civil en Yemen.

Los dos detenidos, Arend-Adolf G. y Achim A., pretendían captar para su grupo a policías y soldados de las tropas de elite. Para ello ofrecían salarios de 40.000 euros al mes para cada miembro de la unidad, una cantidad muy superior a la que perciben estos profesionales.

El objetivo que perseguían era "'pacificar' la zona en guerra civil y forzar negociaciones de paz entre los rebeldes hutíes y el Gobierno yemení", según informó la Fiscalía Federal alemana, organismo que explicó que el modelo de negocio que pretendían poner en práctica consistía en ofrecer a gobiernos extranjeros la solución para problemas en el exterior, informó el diario español ABC.

Las informaciones reveladas señalan que los dos cabecillas del comando militar intentaron contactar con funcionarios del Gobierno de Arabia Saudita, país que interviene en Yemen desde 2015 al frente de una coalición para apoyar a las fuerzas progobierno contra los rebeldes hutíes. No obstante, estos intentos no tuvieron éxito.

Además de intervenir en Yemen, los dos sospechosos querían ofrecer los servicios de su "sociedad militar privada" en otros conflictos. "Los dos sospechosos sabían que la unidad que deberían dirigir se vería inevitablemente forzada a cometer actos mortíferos en su misión", indicó la Fiscalía Federal, que añadió que “también esperaban que civiles murieran o resultaran heridos en sus operaciones de combate" en Yemen.

Según el reconocido semanario alemán Der Spiegel, los detenidos, que fueron arrestados por las fuerzas especiales en el distrito de Breisgau-Hochschwarzwald y en Múnich, habían sido paracaidistas en el ejército y trabajaron para la empresa de seguridad privada Asgaard, compañía que saltó a los medios de comunicación por ser el supuesto centro de operaciones de una red de extrema derecha, como detalló la agencia AFP.

40.000 euros al mes por luchar como mercenario en Yemen
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