sábado. 20.04.2024

Las autoridades turcas y saudíes presentaron versiones contrapuestas sobre el paradero del periodista saudí Jamal Khashoggi, que el año pasado se había autoimpuesto el exilio en Washington, y que ahora ha desaparecido tras entrar en el Consulado saudí en Estambul. La prometida de Khashoggi, de nacionalidad turca, y uno de sus amigos cercanos, denunciaron el martes que había desaparecido tras entrar en el Consulado para obtener documentos que acreditaran su divorcio, con el fin de poder casarse de nuevo. Su prometida, que no ha querido ser nombrada, le estaba aguardando fuera del Consulado, al que entró sobre la una de la tarde hora local. Horas después, Khashoggi aún no había regresado, y la mujer llamó a la Policía.

El portavoz presidencial turco Ibrahim Kalin, anunció que según las informaciones de las que se disponía, Khashoggi seguía dentro del Consulado. “Las autoridades competentes están en contacto y negociando con sus homólogos [saudíes]. Esperamos que el asunto pueda ser resuelto con facilidad,” señaló.

Sin embargo, un funcionario saudí negó que Khashoggi estuviera en el Consuldado. “Khashoggi visitó el Consulado para solicitar documentación relacionada con su estado civil, y poco después se marchó,” afirmó. “No está en el Consulado, ni detenido por las autoridades saudíes,” agregó el funcionario.

La prometida de Khashoggi, que regresó el miércoles al Consulado tras haber esperado 12 horas el día anterior, descartó esa posibilidad. “Si eso fuera verdad, ¿dónde está? ¿Dónde está? Si se hubiera ido a casa, no, fui a la casa y no estaba allí. ¿Dónde está Jamal?” exclamó compungida en conversación con la agencia de noticias Reuters.

Por su parte, el canal saudí Al Arabiya informó este jueves que, el Consulado General del Reino de Arabia Saudita en Estambul estaba dando seguimiento a lo que se informó en los medios de comunicación como la desaparición del ciudadano saudí Jamal Khashoggi después de abandonar el consulado saudí en Estambul. El consulado confirmó que está llevando a cabo procedimientos de seguimiento y coordinación con las autoridades locales turcas para descubrir las circunstancias de la desaparición de Jamal Khashoggi después de que abandonara el edificio del consulado.

Las relaciones entre Turquía y Arabia Saudita y otros países del Golfo permanecen tensas desde junio de 2017, cuando Ankara tomó partido por Qatar en la disputa que enfrente a este estado con sus vecinos. Las naciones árabes a continuación rompieron relaciones con Doha por sus supuestos vínculos con el terrorismo.

Jamal Khashoggi era un rostro familiar en los debates políticos de las diversas cadenas de televisión árabes. Hace un año, abandonó su país y se instaló en Washington, DC, después de que las autoridades saudíes le hubieran pedido que dejara de tuitear –según afirmó-.

Como periodista, entrevistó varias veces al líder de Al-Qaeda Osama bin Laden, tanto en Sudán como en Afganistán. También trabajó en el periódico Al Watan y fue asesor del príncipe Turki al-Faisal, quien fuera jefe de los servicios de inteligencia saudíes y embajador en Estados Unidos y Gran Bretaña.

Durante los últimos años, Khashoggi ha escrito de forma regular columnas de opinión en el Washington Post, en las que criticaba las políticas saudíes hacia Qatar y Canadá, la guerra en Yemen y la represión contra activistas e intelectuales.

“He dejado mi hogar, a mi familia, mi trabajo, y estoy alzando la voz,” escribió en septiembre de 2017, “porque de lo contrario estaría traicionando a aquellos que languidecen en prisión. Puedo hablar mientras que hay tantas personas que no pueden”.

Arabia Saudita niega cualquier implicación en la desaparición de Khashoggi
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