viernes. 26.04.2024

Irán conmemoró este viernes el regreso al país hace 40 años del ayatolá Ruholá Jomeiní, quien tras vivir en el exilio en Turquía, Irak y Francia volvió a su tierra en los últimos días de la revolución para instaurar una República Islámica. En un avión de Air France, aterrizó el ya fallecido ayatolá en el aeropuerto de Mehrabad de Teherán el 1 de febrero de 1979, dos semanas después de que el Sha Mohamad Reza Pahlaví huyera de Irán debido a que la Revolución Islámica era imparable.

Millones de personas se concentraron en el aeropuerto y sus alrededores para recibir y aclamar a Jomeiní (1902-1989), quien viajó acompañado de algunos de sus seguidores y de periodistas extranjeros.

Al llegar, uno de los periodistas le preguntó qué sentía por volver a Irán tras 14 años de exilio, a lo que Jomeiní contestó con su famoso "nada", una respuesta que causó controversia y que ha recibido numerosas interpretaciones.

Diez días después de este regreso triunfal, con la retirada de las tropas de las calles y la renuncia del Gobierno de Shapur Bajtiar, nombrado por el Sha, se anunció la victoria de la Revolución Islámica. La llegada de Jomeiní, considerado un imán en Irán, se conmemora cada año en el lujoso mausoleo construido para albergar su tumba al sur de la capital, y es el pistoletazo de salida de las celebraciones por el triunfo de la revuelta contra el Sha.

"Que viva el recuerdo del imán Jomeini y perdure su recuerdo", entonaron este viernes los asistentes a la ceremonia, entre ellos niños, militares, mujeres cubiertas con el tradicional chador y algunos clérigos.

El ayatolá Ahmad Yanatí, presidente de la Asamblea de Expertos, dijo en un discurso que Jomeiní logró que el islam recuperase su "dignidad" y enseñó a la población a luchar contra "la humillación de Occidente". "Imán creía que el islam podía gobernar y fundó un poder del que actualmente sois testigos pese a que durante los 40 años que han pasado desde la Revolución todo el mundo se opuso a nosotros", subrayó el ayatolá.

Irán se enfrenta en la actualidad a una nueva ronda de sanciones económicas impuesta por Estados Unidos, que adoptó esta medida de presión tras retirarse del acuerdo nuclear que había firmado con Irán y otras cinco grandes potencias en 2015. Además, responsables estadounidenses, como el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, señalaron el año pasado que Irán no llegaría a celebrar el 40 aniversario de la Revolución Islámica, el próximo 11 de febrero, por lo que en Teherán se ha llamado al patriotismo.

El presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró hace dos días, durante una visita a la tumba de Jomeiní, que el fundador de la República Islámica "no temía a las potencias extranjeras". "Él despertó la esperanza en un futuro mejor, un país independiente y el gobierno del pueblo y las reglas islámicas. La movilización de la sociedad iraní (con Jomeiní) no tiene precedentes en la historia", aseveró.

En el mausoleo este viernes, los asistentes gritaron los tradicionales lemas de "Muerte a EEUU", "Muerte a Israel" y "Muerte al Reino Unido", y corearon "Alá es grande". Cientos de banderas iraníes poblaron asimismo el recinto, donde los niños estaban incluso organizados para formar la insignia nacional con chalecos y gorras de colores rojo, blanco y verde. Algunos de los presentes también portaron la fotografía de Jomeiní, al que se le dedicó una canción de hace 40 años sobre que su regreso y sus palabras hicieron que la población iraní "dejase de vivir bajo la carga de la opresión".

Desde su exilio en el suburbio parisino de Neauphle-le-Château, adonde llegó tras ser obligado a abandonar Irak, Jomeiní intensificó sus llamamientos contra el Sha, que eran difundidos en cartas y cintas magnetofónicas en el interior de Irán. El ayatolá constituyó primero en París un Consejo de la Revolución Islámica y a su regreso a Irán nombró a Mehdi Bazargan, un veterano opositor al Sha, primer ministro de un gobierno interino.

En opinión de Mohamad Rahimí, un hombre de 80 años procedente de la ciudad de Mashad, Jomeiní logró la independencia de Irán y "liberó (al país) de la tiranía de la monarquía". "Antes de que el imán regresara a Irán, nosotros recibíamos desde Francia las cartas con sus discursos, que se copiaban y repartían entre la gente", recordó Rahimí en declaraciones a Efe en el mausoleo. Este hombre consideró, sin embargo, que no todas las promesas de Jomeiní se han cumplido en estos 40 años, ya que -agregó- las clases más pobres están "sufriendo mucho" y "eso no es lo que el imán deseaba". Una crítica leve en comparación con las que profiere una parte de la población iraní, cansada de cuatro décadas de régimen islámico y de no vislumbrar un futuro próspero para Irán

Irán recuerda el regreso triunfal de Jomeiní del exilio hace 40 años
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