domingo. 19.05.2024

 

Estanterías completamente vacías. Estanterías completamente vacías.

(Texto y fotos: Marta Pérez y Alejandro Rubín. Dubai) La clausura del Gulfood en la tarde del jueves no ha dejado indiferente a ninguno de los asistentes ni expositores. Tras difundir la noticia de que los diferentes stands iban a regalar los productos alimenticios excedentes de la exposición pocos han sido los que han dejado de asistir al evento.

El cierre del Gulfood estaba programado para las 17:00 horas, pero una hora y media antes ya había algunos stands que estaban completamente vacíos, entre ellos los españoles. Y para qué hablar de aquellos que promocionaban aceite. Parece que de verdad este producto es oro líquido: no quedaban ni pequeñas botellas de propaganda.

Cuando reporteros de EL CORREO DEL GOLFO pasaron por el stand de la marca Isabel, perteneciente a la empresa española de conservas Garavilla, la gente luchaba a brazo partido por una lata de atún. Y eso que Emiratos no es precisamente un país tercermundista.

Pero los stands de España no eran los únicos que vivían esta sorprendente situación. Conforme pasaban los minutos se podía ver a personas asaltando los escaparates de los diferentes puestos de la feria, incluso esquivando obstáculos como macetas cuando les impedían el acceso. No cogían paquetes de caramelos, se llevaban las cajas enteras.

Algunos de los expositores han sipo más precavidos. Por ejemplo, una empresa de quesos danesa no ha comenzado a dar sus productos hasta el final de la jornada, aunque ni así ha podido evitar que hubiera quien esperara delante del stand para no perder la oportunidad de llevarse uno de sus maravillosos y kilométricos quesos. Ese supuesto orden tampoco ha garantizado hacerse con los preciados productos. Ni siquiera que te encontraras el primero de la cola y depositaran el queso directamente en tu mano. Acto seguido te lo arrebata el siguiente de la fila. El problema a continuación era quién se quedaba con el queso.

Bolsas repletas a los pies de un visitante. Bolsas repletas a los pies de un visitante.

Mochilas, maletas con ruedas, sin ruedas, carritos de la compra, cajas, bolsas de papel, de plástico y miles de personas recorriendo las diferentes salas de exposiciones en busca de algo nuevo que llevar a casa y abandonaban la feria cargados, como se aprecia en las imágenes. Nada era suficiente. Cogían las latas vacías y las analizaban una y otra vez por si quedaba algo. Pero a esas alturas ya no quedaba casi nada.

EL CORREO DEL GOLFO ha sido asimismo testigo directo de cómo dependientes de stands incluso han aprovechado la ocasión para hacer negocio. Por ejemplo, un expositor de Estados Unidos que mostraba carnes estaba vendiendo sus productos a diferentes personas. No regalaban ni las salsas.

Un cierre en toda regla. Porque todos se han ido contentos. Eso sí, unos con las bolsas más llenas que otros. El problema a renglón seguido era cómo regresar a casa ya que la masiva presencia de visitantes no sólo ha colapsado todas las vías de acceso a World Trade Center sino también la totalidad del transporte público. Hasta el punto de que en el Metro se han tenido que emplear a fondo para intentar mantener el orden.

Desmadre en la clausura del Gulfood