Con los 155 presos que el Sultán Qaboos Bin Said de Omán ahora ha puesto en la calle aprovechando la fiesta del Eid al-Fitr (rúptura del ayuno), que comenzará este viernes, 9 de agosto, tras finalizar el Ramadán, son ya 374 los reclusos que ha indultado en las tres últimas semanas. El acto de clemencia ha sido anunciado a través de la agencia oficial de noticias de Omán (ONA), que ha publicado textualmente que "el perdón" se adopta "en consideración a las familias de los presos".
En concreto son 87 internos omaníes y 68 de diferentes nacionalidades, que cumplen condena por diferentes delitos, los que recuperan la libertad coincidiendo con una de las principales festividades del calendario islámico, que en Omán tiene un profundo carácter familiar y que se celebra con abundantes comidas una vez superado el mes de ayuno diurno que impone el Ramadán.
El anterior indulto se produjo el pasado 21 de julio, fecha en la que otros 219 presos -139 omaníes y 80 extranjeros- abandonaron las cárceles para celebrar el aniversario del nacimiento del nuevo Omán, que tuvo lugar el 23 de julio de 1970 cuando el actual Sultán derrocó y mandó al exilio a su padre, tras lo cual comenzó una paulatina modernización de la nación, hasta entonces sumida en la Edad Media.
El Sultán de Omán, que intenta acercarse a la población por medio de medidas como los recientes indultos, fórmula que ya empleó en el inicio de su mandato con insurgentes y opositores del régimen, ha visitado en varias ocasiones España. La que tuvo más impacto mediático se produjo en agosto de 1999, precisamente justo después de la fiesta del Eid al-Fitr y del final de Ramadán. Fue privada. Llegó al puerto de Barcelona en un lujoso yate. Pero lo que más llamó la atención fueron los doce espectaculares Mercedes que sacó de la bodega y situó en formación delante de la escalerilla del barco.
Omán, no obstante, ni siquiera se aproxima a los niveles de lujo de su país vecino, Emiratos Árabes Unidos, y de ciudades como Dubái o Abu Dhabi, situadas a sólo cien kilómetros de su territorio. A pesar de ello, persevera en la occidentalización iniciada hace lustros y en consolidar sectores como el turístico. De hecho, la cadena de hoteles Radisson emprendió hace unos meses una ambiciosa expansión en el Sultanato con la construcción de varios establecimientos en distintos puntos del país.
La apertura de Omán, donde cada vez recalan más españoles atraídos por el empleo, sobre todo arquitectos y aparejadores, es permanente y va a más. Una circunstancia que queda certificada por la constante llegada de inversión internacional, que cree firmemente en la estabilidad y potencialidades de este Estado situado en el corazón del Golfo Pérsico. El Sultán, además, quiere que la situación se visualice, tanto a nivel interno como externo, por medio de notorios gestos como la liberación de cerca de 400 presos.
