viernes. 29.03.2024

Una madre británica casi se convirtió en la víctima de la asesina de Reem Island, pero se salvó porque estaba empujando a su bebé en un cochecito, según declaró la acusada del crimen ante el Tribunal Supremo Federal este martes y publica The National.

En un vídeo mostrado en el tribunal se ve como la mujer entra en el centro comercial Boutik, le pregunta al guardia de seguridad donde está el baño y toma una revista mientras se aleja. La acusada declaró que esperó con un cuchillo escondido en su calcetín derecho, a que el cuarto de baño estuviese tranquilo. Consideró primero atacar a una mujer británica, pero cambió de opinión porque tenía a un bebé, fue entonces cuando entró la víctima a la que solicitó ayuda para entrar en un aseo para minusválidos.

Al Hashemi declaró que, "cuando la víctima se volvió, cerré la puerta y le pedí que se sentara en el inodoro. Como ella se negó saqué el cuchillo, puso entonces su bolso protegiéndose el cuerpo y le dije que me lo diera. Trató de atacarme y luchamos en un rincón del baño. Ella comenzó a gritar pidiendo ayuda y la empujé hacia la pared donde la apuñalé, no sé cuántas veces, pero sobre todo en el área del pecho".

Un guardia de seguridad abrió la puerta y Al Hashemi corrió hacia los ascensores, dejando el arma homicida atrás. En el vídeo Al Hashemi confiesa el asesinato y dice que quería matar a un expatriado para perturbar la paz en Emiratos Árabes Unidos. Pero después cuando declaró en el tribunal dijo: "Esa soy yo, pero es como si estuviera soñando. No recuerdo haber hecho ni dicho nada de esto".

La fiscalía presentó en el tribunal una unidad USB y ocho CDs que incluían imágenes, vídeos y una llamada telefónica grabada. Al ser interrogada por el juez Falah Al Hajeri sobre el material de archivo, Al Hashemi dijo: "Sospecho que podría ser yo, pero no me acuerdo de nada al respecto".

Una conversación telefónica grabada por la policía también se presentó en la corte, en la que Al Hashemi había llamado para informarles de una "mujer expatriada sangrando en Saadiyat Island". Ella había confundido el nombre de la isla. La acusada manifestó que no recordaba esto tampoco.

El jefe de la unidad de investigación criminal declaró que dos informes separados se presentaron en el mismo día en relación con los dos incidentes, el de Reem Island y la Corniche. El equipo encontró que el número de placa del coche y el número de móvil pertenecían al mismo hombre: Mohammed Al Habashi, el marido de la acusada, que se encontraba bajo la custodia del Departamento de Seguridad del Estado, por razones que no se dieron a conocer en el tribunal.

Un experto en explosivos de la Policía de Abu Dhabi, declaró que el artefacto explosivo que colocó la acusada en un apartamento de la Corniche, estaba bien hecho y habría requerido de instrucciones y capacitación para poder crearlo, la razón por la que no detonó fue un problema técnico en su cierre de seguridad. Si la bomba hubiera explotado podría haber alcanzado "hasta 20 o 30 metros de distancia. El efecto podría derrumbar paredes, romper ventanas y derribar puertas".

El tercer testigo, un experto en amenazas en línea en contra de Emiratos Árabes Unidos, dijo que sus hallazgos mostraron que la acusada había estado utilizando un alias en un "sitio web de yihadismo", donde publicó declaraciones de apoyo a Al Qaeda y al Estado Islámico (EI). También había publicado imágenes que insultan los símbolos del país, las instrucciones para crear armas y bombas, y las banderas de EI.

El juez Al Hajeri ordenó que la acusada fuera examinada por un comité médico para evaluar su estado mental y emocional, y que se tomase una prueba técnica para ver si su voz era idéntica a la de la grabación de la policía. También solicitó un acuerdo de dinero de sangre para la familia de la víctima.

Otros cinco testigos serán llamados a declarar en la siguiente audiencia, que se fijó para el próximo martes.

La asesina de Reem Island descartó atacar a una madre británica por llevar un bebé
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