24 de enero de 2015, 22:18
Un niño de seis años de edad, nacional de Arabia Saudita, compró gasolina en una estación de servicio cercana a su casa, la derramó sobre su cabeza y se prendió fuego, cuando perdió el control entró en casa.
Los padres conmocionados lograron apagar el fuego y llevar al niño al hospital, donde recibió tratamiento por quemaduras en diversas partes de su cuerpo.
"El padre enojado dijo que iba a demandar ante las autoridades a la empresa por permitir vender gasolina a un niño", declaró el diario 'Sada', en una nota firmada en la ciudad norteña de Arar, muy cerca de la frontera con Iraq.
