Una trabajadora doméstica asiática de 25 años ha sido condenada a un mes de prisión por el Tribunal de Delitos Menores acusada de practicar brujería y hechicería contra su empleador.
Según los detalles de la investigación, el empleador declaró que mostraba signos de fatiga mental y física y sospechaba que su empleada practicaba magia negra para dañarlo.
La víctima tenía algunas dudas sobre la acusada luego de que notó su comportamiento extraño y escuchó extraños murmullos en medio de la noche cuando estaba en el baño.
Cuando el jefe se enfrentó a la trabajadora, ella negó haber lanzado ningún hechizo. Después de buscar en el teléfono de la empleada, la víctima descubrió que contactaba con un extraño para realizar magia.
El jefe también encontró cuadros de brujería, vudú y un trozo de tela con sangre escondido en el cuarto de servicio.
Durante el interrogatorio, la empleada admitió que se había puesto en contacto con uno de sus familiares para comunicarse con un "religioso".
Según los informes, el hombre le dijo que le pagara 200 dirhams a cambio de orar por ella para que su empleador la tratara bien y no la presionara para que trabajara. Luego, el pariente le envió una foto de una muñeca en WhatsApp y le pidió que la mantuviera en su teléfono, insistiendo en que controlaría el comportamiento de su empleador.
Cuando se le preguntó sobre el vudú encontrado en su poder, dijo que lo había traído de su pueblo para proteger a su marido, ya que no quiere que se case con otra mujer mientras ella está fuera de su país.
La joven fue remitida al Juzgado de Faltas, y el tribunal dictaminó que fuera encarcelada durante un mes y deportada del país después de cumplir la condena.
