22 de abril de 2025, 7:58
El Tribunal de Delitos Menores de Dubai ha condenado a un ciudadano árabe a un año de prisión, seguido de su deportación, además de imponerle una multa de 268.000 dirhams, equivalente al valor de un vehículo que adquirió mediante un cheque falso. La sentencia se dictó tras comprobar que el acusado había contactado al propietario del vehículo, quien lo había anunciado para la venta en una página web, mostrando interés en adquirirlo y ofreciéndole pagar con un cheque.
Una vez firmado el contrato y entregado el automóvil, se descubrió que el cheque era fraudulento. Las investigaciones revelaron que el primer acusado exportó el vehículo a un país vecino, donde fue vendido a un comprador asiático.
Este último fue absuelto por el tribunal, tras demostrar que no tenía conocimiento del fraude. Durante el procedimiento, el abogado Musa Al Ameri, en defensa del comprador asiático, argumentó que su cliente realizó la compra basándose en documentos oficiales, incluido un certificado de exportación emitido por la Autoridad de Carreteras y Transporte (RTA). Además, presentó conversaciones de WhatsApp que documentaban las negociaciones sobre el precio del vehículo.
El vendedor del automóvil, en sus declaraciones a la policía, indicó que intentó cobrar el cheque sin éxito y que no pudo recuperar el vehículo, ya que el comprador no contestaba al teléfono. Esta situación llevó al propietario a presentar una denuncia formal ante las autoridades.
El tribunal concluyó que el acusado asiático actuó de buena fe y no tuvo conocimiento de la naturaleza ilícita de la transacción, lo que motivó su absolución. En contraste, el primer acusado admitió su culpabilidad en el fraude, resultando en la severa condena impuesta.
Una vez firmado el contrato y entregado el automóvil, se descubrió que el cheque era fraudulento. Las investigaciones revelaron que el primer acusado exportó el vehículo a un país vecino, donde fue vendido a un comprador asiático.
Este último fue absuelto por el tribunal, tras demostrar que no tenía conocimiento del fraude. Durante el procedimiento, el abogado Musa Al Ameri, en defensa del comprador asiático, argumentó que su cliente realizó la compra basándose en documentos oficiales, incluido un certificado de exportación emitido por la Autoridad de Carreteras y Transporte (RTA). Además, presentó conversaciones de WhatsApp que documentaban las negociaciones sobre el precio del vehículo.
El vendedor del automóvil, en sus declaraciones a la policía, indicó que intentó cobrar el cheque sin éxito y que no pudo recuperar el vehículo, ya que el comprador no contestaba al teléfono. Esta situación llevó al propietario a presentar una denuncia formal ante las autoridades.
El tribunal concluyó que el acusado asiático actuó de buena fe y no tuvo conocimiento de la naturaleza ilícita de la transacción, lo que motivó su absolución. En contraste, el primer acusado admitió su culpabilidad en el fraude, resultando en la severa condena impuesta.