jueves. 28.03.2024

La población musulmana, que hoy roza los 1.800 millones de personas, podría alcanzar y superar a la cristiana en el año 2060, según todos los informes prospectivos. Para ese año, el islam podría ser profesado ya por 3.000 millones de creyentes, un 70% más que hoy, y se convertiría en la religión más numerosa del mundo por primera vez en la historia moderna.

Los musulmanes representarían entonces el 31,1% de la población mundial, 7 puntos más que ahora, mientras que los cristianos, que hoy suman 2.400 millones, verían disminuir su presencia en términos relativos. África se convertirá dentro de 38 años en el área geográfica con más musulmanes del planeta, incluso por encima del mundo árabe, que hasta hoy ha sido el baluarte sin discusión de la religión del profeta Mahoma.

La rápida expansión del islam no se sustenta en un agudo fenómeno de conversiones, sino en el puro y simple crecimiento vegetativo. Las sociedades islámicas son las más jóvenes del planeta y experimentan una tasa de fecundidad particularmente elevada, muy por encima de cristianos, hindúes, judíos o no creyentes. Para empezar, la edad media en la población musulmana se sitúa en los 24 años, mientras que los hindúes alcanzan los 27 y los cristianos se elevan ya a los 30. Las demás religiones superan ese techo.

Las mujeres musulmanas tienen una media de 2,9 hijos, al tiempo que el resto de religiones en su conjunto apenas llegan a 2,2. La tasa de natalidad, por tanto, alimenta con considerable energía demográfica la religión islámica y así se proyectará con fuerza en las próximas décadas. África será el motor del incremento sostenido del islam durante este siglo. Hoy día mantiene los índices de fecundidad más altos del planeta. Cada mujer africana trae al mundo a 4,7 hijos, mientras que en Europa, por ejemplo, la tasa apenas roza el 1,6.

El 42% de la población africana es musulmana, frente a un 49% cristiana. Los animistas apenas representan ya al 8% de los habitantes. La mayoría de los musulmanes africanos habitan la mitad norte del continente, especialmente los países árabes bañados por el Mediterráneo. Somalia, Níger, Mauritania y Senegal superan el 95% de musulmanes en sus poblaciones. África registra hoy 422 millones de creyentes en el islam. El cristianismo cuenta con 640 millones, la mayoría protestantes.

La ONU vaticina para 2050 una población de 9.700 millones de habitantes en el planeta, 2.000 más que en 2022. De todo ese ingente crecimiento demográfico, la mitad lo proporcionará África, que es el continente con una tasa más explosiva de nacimientos. Para el año 2100, el número de habitantes, según Naciones Unidas, se habrá disparado hasta los 11.000 millones.

Los países de mayoría islámica mantienen tasas altas de fecundidad, aunque claramente por debajo de África. Sudán (4,29), Irak (3,54), Pakistán (3,39) y Egipto (3,34) lideran el crecimiento vegetativo del espacio islámico. Los países de mayoría musulmana con menor índice de natalidad son Emiratos Árabes Unidos (1,37), Líbano (2,06), Irán (2,14), Túnez (2,15), Libia (2,17) y Arabia Saudí (2,24). Latinoamérica (2,01) también registra bajas tasas de fecundidad.

Actualmente, más de un tercio de la población musulmana se asienta en Oriente Medio, Magreb y África subsahariana, en zonas con altos índices de crecimiento demográfico. E incluso, en ese contexto geográfico, las comunidades islámicas registran índices superiores de natalidad al resto de grupos étnicos y religiosos. Es preciso indicar que la conversión de religión en los países de mayoría islámica es extremadamente baja, toda vez que la apostasía suele estar castigada por ley. En los países de mayoría cristiana, en cambio, se produce un constante trasvase a no creyentes o agnósticos.

EE.UU., Brasil y México son los tres países del mundo con mayor número de cristianos, mientras que el hinduismo es la tercera religión del planeta, con 1.200 millones de creyentes. Representan el 15.2% de la población global. La comunidad judía apenas supone el 0,2% de los habitantes y 4/5 partes se encuentran en EE.UU. e Israel.

La población no creyente crece de manera sensible y constante en los países desarrollados, que son precisamente los que tienen un índice más bajo de natalidad. En China casi el 80% de la población se declara agnóstica o atea. En Europa, hay países que superan el 70% de incrédulos, como es el caso de la República Checa. En España, Austria, Suiza, Alemania y Dinamarca pronto habrá tantos no creyentes como personas religiosas.

En términos relativos, por consiguiente, la población creyente suma más adeptos cada año que la no religiosa, que cuenta con tasas de natalidad más baja. Un informe del Centro para el Estudio del Cristianismo Global apunta a un exiguo crecimiento anual del ateísmo (0,22%), casi un punto menos que la religión de la cruz (1,17%) y el hinduismo (1,21%). Este sondeo también sitúa al islam como el credo más pujante, con un 1,93% de aumento anual.

Los protestantes y evangélicos (2%) registran un incremento mayor que los católicos, según se ha podido constatar en los últimos 20 años. África (2,7%), Asia (1,5%) y América Latina (1%) son las áreas con mayor desarrollo del cristianismo, conforme a los datos difundidos por el citado estudio. América del Norte (0,2%) y, sobre todo, Europa (0,06%) sufren un drástico parón en la que todavía hoy sigue siendo religión mayoritaria en el mundo. De hecho, en el Viejo Continente, la tasa de mortalidad de cristianos fue superior a la de nacimientos en casi 6 millones de personas solo entre los años 2010 y 2015.

En Europa Occidental y América del Norte la religión está experimentando un persistente decrecimiento, mientras que en el resto del mundo su influencia aún mantiene altos niveles de dominio. Hoy día, la población no religiosa significa el 16% del total del planeta, pero su tasa de fecundidad es muy baja. Solo un 10% de los nacidos entre 2010 y 2015 fueron hijos de madres sin afiliación religiosa.

El islam mantiene su progresión y podría ser la religión más numerosa en 2060
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