jueves. 25.04.2024

Un billete de 200 pesos o la alegoría de un sacerdote científico

José Celestino Bruno Mutis y Bosio es el único extranjero que ha aparecido en el papel moneda de Colombia
Billete colombiano de 200 pesos con el retrato de Celestino Mutis en el anverso y La Bordadita en el reverso.
Billete colombiano de 200 pesos con el retrato de Celestino Mutis en el anverso y La Bordadita en el reverso.

Hace unos días en el concurso televisivo “Saber y Ganar” se recordaba que la figura del sabio español José Celestino Mutis engalanaba un billete de 2.000 pesetas, antes que entrara el euro a reinar como moneda de cambio. Ahora bien, Mutis no sólo ha estado en billetes españoles, pues también aparecía en el billete de 200 pesos colombianos, como homenaje a quien trajo la ciencia al Nuevo Reino de Granada, territorio que hoy se conoce como la República de Colombia. Un billete muy especial y cotizado, por cierto.

Sea el momento de recordar a Mutis, el hombre que trajo las luces al nuevo mundo. El nombre completo de tan insigne personaje era José Celestino Bruno Mutis y Bosio, nació en Cádiz en 1732 quien fue sacerdote, botánico, geógrafo, matemático, médico, docente y como dato interesante fue pionero de las vacunas y la salud pública. Luego de completar estudios en la península se trasladó al Virreinato de la Nueva Granada en 1760 como médico del virrey Pedro Mesía de la Cerda y decidió quedarse en el territorio de la actual Colombia, para dedicarse a la investigación y promoción científica.

Durante su estancia en la Nueva Granada, propuso varias veces la realización de una expedición científica que recorriera el virreinato, pues ya se percataba de la enorme biodiversidad del país (Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo), hasta que finalmente fue autorizada por el propio rey Carlos III, la llamada Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, que se inició en 1783 y se prolongó durante 30 años, extraordinaria no sólo por los hallazgos en materia de flora y fauna, que fueron registrados, sino por el impulso a una generación de neogranadinos investigadores y científicos como Francisco José de Caldas, así como contribuyó al arte, pues derivada de ella surgió una escuela de dibujo, con artistas que plasmaron las especies descubiertas en bellas láminas que se conservan y que en su momento fueron alabadas por el mismo Humboldt.

Es notable que Mutis, fuera el primer promotor de una campaña de vacunación en Bogotá, que permitió que miles de personas sobrevivieran a una epidemia de viruela en 1782. El nombre de José Celestino Mutis ha trascendido con el correr de los años, por su importante labor científica y su apellido aparece identificando especies vegetales y todo un género llamado Mutisia. En Colombia, hay múltiples sitios o entidades con el nombre de Mutis, como el bello jardín botánico de Bogotá y como decíamos al inicio se le ha rendido homenaje en el billete español de 2.000 pesetas que fue el último de la serie antes que desapareciera esa moneda y en el colombiano al que hoy hacemos referencia.

Este billete de 200 pesos colombianos es muy valioso para los coleccionistas, pues representa al único extranjero que ha aparecido en nuestros billetes (antes que alguien piense otra cosa, el Libertador Simón Bolívar es el primero de los colombianos, pues el creador de nuestra nacionalidad no puede ser considerado extraño), pero como hemos visto Mutis no es cualquier personaje, sino un caso único, un hombre de fe que no reñía con la ciencia.

En mi caso este billete, tiene un valor extra al monetario de su momento o al actual de los coleccionistas, en el reverso del billete, aparece La Bordadita, la capilla de la Universidad del Rosario, en donde Mutis divulgó la ciencia y en donde reposan sus restos. Es el sitio en donde me casé con el amor de mi vida, mi esposa Patricia, en un glorioso día que he relatado por aquí, para cuando el lector tenga tiempo.

Este billete de 200 pesos estuvo en circulación desde 1983 hasta 1992, cuando fue reemplazado por una moneda. Así que quienes conservan este billete, guárdenlo con esmero, porque por muchos motivos, es un papel moneda conmemorativo, cuyo valor económico, histórico y sentimental (al menos en mi caso) es inconmensurable. Si alguien se los regala, valórenlo mucho, porque es un obsequio con historia, ciencia, fe y sentimiento.

--------------------------

Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera y escritor por vocación. Lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

Un billete de 200 pesos o la alegoría de un sacerdote científico
Comentarios