jueves. 25.04.2024

Cuando Pelé fue expulsado y el público colombiano anuló su expulsión

"Fueron al camerino para pedir a Pelé que regresara al campo, lo que así ocurrió y el astro brasileño regresó para dicha de todos"
Pelé -izquierda-, con Gonzalo “Chalo” González, jugador emblemático de Millonarios a finales de los años sesenta. (Fuente externa)
Pelé -izquierda-, con Gonzalo “Chalo” González, jugador emblemático de Millonarios a finales de los años sesenta. (Fuente externa)

Antes de terminar el año 2022, una de las personalidades que nos dejó fue Edson Arantes do Nascimento “Pelé” (descanse en paz el Rey), uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia, un habilidoso que era formidable con las dos piernas, algo que no he visto en ningún otro futbolista, una estrella del deporte que ha dejado anécdotas inolvidables como la que vamos a relatar.

Todo lo que cuenta el título del presente artículo ocurrió en el estadio de fútbol Nemesio Camacho El Campín de Bogotá un 17 de julio de 1968, cuando se jugaba un partido amistoso, que de eso tuvo poco, entre el legendario club brasileño Santos y la selección Colombia que se preparaba para los juegos olímpicos del mismo año en México. Los aficionados colombianos acudieron en masa, no tanto para ver al combinado nacional, como para admirar al jugador que ya era una leyenda mundial.

El partido, no fue un encuentro de fútbol, fue un acontecimiento surrealista, el árbitro era Gilberto “Chato” Velásquez, juez respetado en Colombia, quien había sido boxeador en sus años mozos. Debe recordarse que para aquel año, todavía no se había inventado el sistema de tarjetas de colores para castigar las conductas no deportivas de los jugadores y en el minuto 38 del primer tiempo, Pelé le reclamó de manera airada, una falta en su contra que el árbitro no consideró como tal, pero lo hizo utilizando insultos en portugués, que Velásquez entendió perfectamente, por lo cual, le hizo saber al Rey que quedaba expulsado, orden que el jugador acató pero no sus compañeros quienes en masa agredieron al juez, mientras la tribuna exigía que se anulara la decisión, pues el público no estaba dispuesto a perder el valor del boleto comprado.

Así las cosas, los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol que habían organizado el partido, temiendo una tragedia, ingresaron al campo de juego y en lugar de apoyar al árbitro, le comunicaron que quedaba fuera del partido, designaron a uno de los jueces de línea como central y fueron al camerino para pedir a Pelé que regresara al campo, anulando su expulsión inicial, lo que así ocurrió y el astro brasileño regresó para dicha de todos, anotando incluso dos goles. Años más tarde, el “Chato” Velásquez volvería a pitarle a Pelé, en un partido de exhibición del club Cosmos de Nueva York en Miami y al final del partido el árbitro colombiano le regaló de recuerdo cariñoso una tarjeta roja.

En cualquier caso, dudo que una escena así se haya visto en otro juego profesional de la FIFA, pero es que Pelé daba para eso y más, una celebridad que trascendía lo deportivo, alguien quien era políglota, actor, compositor y cantante con un disco grabado, ministro de deportes, embajador de buena voluntad. Además de tener un registro personal de más de 1000 goles en su carrera, tiene anécdotas como haber sido portero de emergencia un par de veces, atajando jugadas de gol. Para no entrar en la inútil discusión de quién ha sido el mejor jugador en la historia, Pelé tiene una distinción única, las Naciones Unidas lo nombró Ciudadano del Mundo

Pelé tuvo muchos partidos en Colombia, con su eterno club Santos, se enfrentó en multitud de encuentros contra equipos colombianos y los hinchas de Millonarios de Bogotá, guardamos con orgullo el dato que en cinco oportunidades que se enfrentaron, el equipo bogotano ganó en cuatro oportunidades, algo que recordaba el Rey Pelé cuando lo entrevistaban periodistas colombianos. En la imagen que encabeza esta columna, se encuentra con Gonzalo “Chalo” González, jugador emblemático de Millonarios a finales de los años sesenta.

Aunque quizás lo que nunca habrá olvidado fue aquel partido, cuando una noche fría bogotana se calentó de tal manera, que hasta se olvidaron las reglas del fútbol para aplacar a los aficionados en la tribuna, algo que sólo podía hacer posible la mágica presencia del Rey Pelé, Descanse en Paz y en Fútbol.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera y escritor por vocación. Lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin 

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