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martes. 26.08.2025

Eduardo Ramírez Villamizar, artista para no olvidar

Fallecido hace dos décadas y pionero en Colombia del  arte abstracto escultórico, es uno de esos pamploneses imprescindibles
Ramírez Villamizar, inmortalizado junto a sus obras en el museo de Pamplona dedicado a su figura. (Patricia Mogollón)
Ramírez Villamizar, inmortalizado junto a sus obras en el museo de Pamplona dedicado a su figura. (Patricia Mogollón)

Una pasada columna del suscrito servidor, fue dedicada a la Pamplona colombiana y señalábamos que esa bella ciudad colombiana, célebre por ser histórica, colonial, universitaria y religiosa, se caracterizaba por ser la cuna de colombianas y colombianos que se han destacado en diversos ramos del pensamiento y quehacer humanos. Hoy vamos a dedicar este espacio a uno de esos pamploneses imprescindibles, el artista Eduardo Ramírez Villamizar, sea el momento, para conmemorar de manera anticipada los 20 años de su fallecimiento.

Eduardo Ramírez Villamizar, nació el 27 de agosto de 1922 en Pamplona, Norte de Santander, Colombia, posteriormente su familia se trasladó a Cúcuta en donde estuvo hasta 1940, cuando inició estudios de arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, pero su vocación artística le hizo cambiar de carrera en la misma universidad, graduándose en Arte y Decoración. Aunque la mayoría de los colombianos, hemos conocido la obra escultórica en metal de Ramírez Villamizar, hay que señalar que se inició como pintor, en un estilo  figurativo expresionista, hasta pasar decididamente a la abstracción.

Ramírez Villamizar 3
Uno de los sitios obligados para visitar en Pamplona es el museo dedicado a Eduardo Ramírez Villamizar, erigido en vida del artista en una imponente casona colonial. (Patricia Mogollón)

En la década de los cincuenta, realizó diversos viajes a Europa y Estados Unidos, en donde estudió las tendencias modernas que se imponían durante esa época en el mundo del arte y empezó a ser conocido en diferentes círculos, hasta el punto de que el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquirió una de sus esculturas. Ramírez Villamizar empezó a fusionar los estilos contemporáneos con el pasado precolombino latinoamericano, investigando en las culturas maya, azteca, inca y chibcha, esta última la mayor cultura precolombina que habitó el territorio de la actual Colombia, destacándose el pueblo muisca.

Ramírez Villamizar con Edgar Negret, se consideran los pioneros del arte abstracto escultórico en nuestro país. A raíz de diversas exposiciones que realizó en el exterior, especialmente en museos y galerías e incluso espacios públicos de los Estados Unidos, las obras de Ramírez comenzaron a ser reclamadas en Colombia y desde los años sesenta, fueron instalándose en diversos lugares de la geografía colombiana, así como en otros países. No es extraño que cuando un colombiano viaja al exterior y se encuentra con una escultura metálica, con ciertas particularidades, le recuerde a las que ha visto en Colombia, así en ocasiones no recuerde el nombre del artista. No es casual, porque esculturas como la Nave Espacial, la cual ha aterrizado en Bogotá o muchas otras más, desperdigadas por toda Colombia, guardan el sello de Eduardo Ramírez Villamizar.

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Escultura de Ramírez Villamizar expuesta en el museo al que da nombre en la Pamplona colombiana. (Patricia Mogollón)

Los transeúntes colombianos, se han apropiado de las obras de Eduardo Ramírez Villamizar y las han incorporado a su cotidianidad, por ejemplo, debo confesar que cuando acudía como estudiante a la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá, cientos de veces pasé al lado de una de las obras fundamentales del artista nortesantandereano, sin caer en cuenta de su importancia, pues la consideraba parte del mobiliario de la entrañable biblioteca, me refiero a Mural horizontal (1965), que da la bienvenida a su bella sala de conciertos. Una de mis obras favoritas del Maestro Ramírez Villamizar, es Homenaje Muisca, instalada en los alrededores de la preciosa biblioteca Virgilio Barco en Bogotá.

Uno de los sitios obligados para visitar en Pamplona, es el museo dedicado a Eduardo Ramírez Villamizar, que afortunadamente fue erigido en vida del artista, quien donó decenas de obras, en una imponente casona colonial que da a la plaza principal de la ciudad. Gracias a la custodia de los fieles encargados de este centro artístico de primer nivel, el visitante encontrará no sólo obras del propio Maestro Ramírez Villamizar, sino de otros artistas contemporáneos suyos. Eduardo Ramírez Villamizar falleció en Bogotá en 2004, sus cenizas reposan bajo la sombra de un árbol centenario en el jardín interior de la casona.

Una razón más, en este caso, de arte, de mucho arte, para visitar Pamplona.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.

Eduardo Ramírez Villamizar, artista para no olvidar