Debo aclarar que no estoy agradeciendo al astro del fútbol Lionel Andrés Messi, más conocido por su apellido, por haberse quedado finalmente en el Fútbol Club Barcelona, dado que no es un tema que me desvele, pues ni soy fanático del jugador ni de su club, pero sí le hago un reconocimiento por haberle dado un tema diferente al mundo para hablar y olvidarnos por unos días de la pandemia universal.
Necesitábamos otro tipo de drama, un melodrama futbolístico con tintes de telenovela sudamericana y tango argentino para distraernos, y espantarnos de la cabeza, toda la tragedia de la enfermedad global. Aunque lamentablemente no hubo muchos capítulos y el suspense finalmente se resolvió favorablemente para los seguidores del club catalán que no deseaban que su ídolo se marchara. Ahora bien, mi esposa Patricia que tiene una intuición que no falla, me dice, que al final el jugador argentino y sus asesores optaron por otro tipo de salida, la de dejar pasar un año, sin cláusulas legales ni demandas en tribunales de por medio y luego poder irse a donde desean. Amanecerá el 2021 sin Covid-19 y lo veremos.
En cualquier caso, Lionel, a quien todos le dicen Leo, cuando debería ser Lio, estremeció al universo del fútbol con su decisión de abandonar el equipo de toda su vida. Cuando me enteré de la noticia, en la primera persona que pensé, fue en Mr. Omar, el amable conductor de la Embajada de Colombia, quien aparte de melómano es amante del fútbol y seguidor incondicional del Barcelona, en buena parte por Messi. Recuerdo que en alguna ocasión Mr. Omar llegó bostezando a la Embajada y le pregunté por qué parecía tan cansando y me decía que había estado viendo un juego de la Selección Argentina, por las diferencias horarias, esos juegos los pasaban a media noche o en la madrugada, única explicación para el trasnocho, sobre todo para un juicioso musulmán como el bueno de Mr. Omar.
"Cuando el astro argentino dio a conocer su decisión de marcharse, lo hizo por medio de algo llamado burofax y de inmediato pensé que era un fax enviado desde una oficina y me maravillé pensando que todavía había alguien en el mundo que usara el fax"
También debo agradecer a Messi por haberme dado la oportunidad de aprender una nueva palabra. Cuando el astro argentino dio a conocer su decisión de marcharse, lo hizo por medio de algo llamado burofax y de inmediato pensé que era un fax enviado desde una oficina y me maravillé pensando que todavía había alguien en el mundo que usara el fax, luego me enteré, que no era lo que yo pensaba, era un método aún mas tradicional y anticuado para algunos, algo que seguramente ya no se usa, una carta.
Mejor dicho, el burofax es un escrito facsímil que se envía por correo físico, lo cual no deja de tener un tono romántico, o distante, depende el cristal con el que se mire. Es posible que si un novio o novia en la actualidad, rompiera una relación utilizando una carta, quizás a su contraparte le pareciera o bien de una indolencia cruel, o por el contrario, le diera una connotación sensible, en una época en la cual, estas decisiones, se comunican a través de un mensaje de WhatsApp con emoticones, ni siquiera un correo electrónico.
No pertenezco al grupo de quienes consideran a Messi el mejor jugador de la historia, precisamente creo que él mismo quiere darse una oportunidad en otro club para probar que lo conseguido con el Barcelona no fue producto de un equipo que le dio todo y en el cual todos los proyectos de los diferentes directores técnicos giraron a su alrededor. Tiene además una materia pendiente, su rendimiento con su selección nacional y la obtención de un campeonato del mundo, mientras no logre eso, él sabe que en el futuro, estará un escalón debajo de gigantes como Pelé o Maradona. Será como el gran Alfredo Di Stéfano, el mejor jugador en la historia de los clubes en que militó (el Real Madrid y Millonarios de Bogotá), aunque Messi puede revertirlo, tiene a su favor el tiempo, está en su mejor momento, la de la madurez futbolística, sinceramente espero que el día de mañana jugando en otro equipo y con su selección alcance los triunfos que le faltan en su brillante palmarés.
Debo añadir que me parece moralmente inaceptable que un jugador de fútbol, reciba un salario, cuyo equivalente en un año sea inalcanzable para millones de personas en toda su vida. Pero esas inequidades de nuestro mundo, no son culpa de Messi, sino de un sistema alocado y frenético. Si él es el mejor en lo que hace, debe recibir lo que está estipulado, además me parece que en ese medio tan complejo, donde abunda la corrupción y los vicios, Lionel Messi ha sido un joven profesional serio, responsable, discreto y en cierta forma modesto, un ejemplo dentro y fuera de las canchas, ojalá el destino le traiga buenas noticias, así lleguen mediante un burofax.
-------------------------
Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin