Paco de Lucía, es un músico universal, porque cuando uno habla de intérpretes de la guitarra, llegan un puñado de nombres, de muchos géneros desde lo clásico a lo más popular, pero pocos o quizás sólo el gran Paco de Lucía, puede ser reconocido por quienes siguen cualquiera de estos géneros, un artista que elevó al flamenco a niveles insospechados. Hablo del gran Paco de Lucía en presente, porque genios como él, no mueren nunca.
Hace unos días, descubrí en un bello programa llamado 'Caminos del Flamenco' y por intermedio del pianista Chano Domínguez que Paco de Lucía compuso en Colombia el tema 'Monasterio de Sal', al quedar impresionado con la belleza de la Catedral de Sal, esa maravilla colombiana ubicada en la ciudad de Zipaquirá, relativamente cerca de Bogotá, una iglesia subterránea construida en una mina de sal, prodigio de ingeniería y arquitectura que hemos destacado en el pasado.
Como bien lo ha manifestado Jaime Monsalve en un artículo escrito hace varios años en El Espectador de Bogotá resulta poético, el doble tributo del Maestro Paco de Lucía al componer su obra en el estilo de 'colombiana' (palo del flamenco, del cual hace unos años, hablamos en esta columna, que se puede leer en este enlace). En resumen, la 'colombiana' es un palo flamenco creado por Pepe Marchena, una de las primeras estrellas del ritmo español, con éxito internacional.
En el referido programa, que para los amantes del Flamenco, debería ser de visión obligada y conducido por los cantantes Miguel Poveda y Soleá Morente, se mencionaba que esta pieza es una de las más difíciles para cualquier guitarrista. Aquí la dejo en dos versiones, la original del Maestro Paco de Lucía y la otra, precisamente en interpretación de Chano Domínguez (piano) y Carles Benavent (bajo), consagrados representantes del flamenco jazz.
Dos versiones de un mismo sentimiento, lo que la belleza de un sitio inolvidable, lleno de fe, misterio y magnificencia puede ocasionar en la mente y corazón de un genio de la música. Gracias Maestro Paco de Lucía, por dejarnos ese testimonio de cariño.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin