Si le piden amable lector que piense en una pintora destacada a nivel mundial en la historia, posiblemente le llegue a la mente el nombre e imagen de la mexicana Frida Kahlo y no deja de ser un orgullo para los latinoamericanos que esta artista de sufrida vida, se haya convertido en símbolo y posiblemente también en marca mercantil del consumismo capitalista sin que ella lo hubiera sospechado o buscado, consecuente con su ideología comunista.
Hace unas columnas atrás, dedicamos un espacio a destacar a la escultora bogotana Doris Salcedo, quien recientemente recibió un premio en la Bienal de arte del Emirato de Sharjah. Hoy deseo referirme a tres pintoras colombianas que son reconocidas a nivel internacional y que merecen que los lectores las descubran si no sabían de su existencia. Muchas otras quedan por fuera, pero considero que las que aquí menciono deben ser resaltadas.
Débora Arango (1907–2005)
Una artista tan longeva como prolífica, a pesar de ser la primera en el siglo XX, es posiblemente la más moderna. Una rebelde con muchas causas. Nunca rehusó la discusión y la polémica, autora de los primeros desnudos femeninos y de pinturas en las cuales denuncia injusticias sociales. Nacida en el seno de una familia de clase alta de la conservadora sociedad de Medellín, por su arte comprometido, fue objeto de permanente crítica social y política en su entorno, pero nunca cejó en su empeño artístico. Con estudios en Colombia, México y España, sus exposiciones resultaban controvertidas por los sectores más reaccionarios, siendo incluso censurada por el régimen de Franco. Muchos hasta ahora empiezan a conocer su interesante obra y en el siglo XXI ha venido siendo rescatada y objeto de reconocimiento y homenajes. Arango es la primera pintora cuya imagen aparece en un billete colombiano. En vida alcanzó a recibir la Cruz de Boyacá, la máxima condecoración de Colombia.
Ana Mercedes Hoyos (1942 – 2014)
Se trata de una bogotana llena de color. Es la artista colombiana más conocida a nivel global, con reconocimiento a nivel de crítica especializada y del público en general, que identifica su obra, especialmente la relacionada con las frutas o las palenqueras, esas mujeres negras del caribe colombiano que justamente viven vendiendo fruta fresca en recipientes que portan llevando sobre sus cabezas. Esta artista educada en Harvard y Bogotá, le ha dejado a la historia del arte, los bodegones más caribeños y coloridos que puedan imaginarse, a pesar de provenir de una ciudad fría, sobria y gris como lo es la capital colombiana. Su obra escultórica se ha venido descubriendo y destacando recientemente.
Beatriz González (1932)
La artista nacida en Bucaramanga, es la única viva de las tres que resaltamos en este espacio. Se ha destacado no sólo en la pintura, también en la escultura y el rango de sus intereses temáticos es muy amplio, porque va desde la violencia, las raíces precolombinas, hasta el deporte y la cultura popular. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia y bellas artes en la Universidad de los Andes en Bogotá, haciendo una especialización en Ámsterdam. Su eclecticismo ha contribuido para que algunos críticos la definan como la mejor exponente del arte pop en Colombia y cronista estética de la historia y realidad nacionales, ha realizado exposiciones tanto en América como en Europa.
Mujeres valiosas, talentosas que nos han dejado un mundo más colorido e interesante. Espero que estas breves semblanzas sean acicate para que los lectores busquen más información sobre las artistas y sus obras, que algo bueno tiene internet y las redes sociales.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.