martes. 23.12.2025

Las velitas colombianas

La tradición nocturna se mantiene como desde su inicio, cuando no existía electricidad y las familias en la noche anterior a la fiesta de la Inmaculada Concepción iluminaban la vigilia a la espera de darle el saludo a la Virgen María en la madrugada
La noche de las velitas en la película Encanto.
La noche de las velitas en la película Encanto.

Una de las más bellas tradiciones navideñas colombianas es la noche de las velitas, que se celebra cada 7 de diciembre y que por lo menos hace unos años inauguraba oficialmente la sesión navideña en el país. Ahora, los comerciantes y las redes sociales ya saludan la navidad desde julio y pronto será un evento que dure los doce meses del año. Sin embargo, a pesar de las tecnologías y las modas, las velitas subsisten.

Esta tradición nocturna, se mantiene como desde su inicio, cuando no existía electricidad y las familias en la noche anterior a la fiesta de la Inmaculada Concepción, iluminaban la vigilia a la espera de darle el saludo a la Virgen María en la madrugada. La costumbre se inició en la noche anterior al 8 de diciembre de 1854, cuando el papa Pio IX proclamó el dogma de la Inmaculada, como fiesta oficial de la Iglesia Católica y millones de devotos esperaron desde la noche anterior la confirmación de la noticia. En Colombia la devoción por la Inmaculada Concepción está muy arraigada desde épocas coloniales, como se observa en el cuadro del Maestro Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, Alegoría de la Inmaculada, elaborado en 1680.

Alegoría de la Inmaculada Concepción de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos.
Alegoría de la Inmaculada Concepción de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos.

Como en muchos países católicos, la consagración del dogma de la Inmaculada Concepción se convirtió en festivo oficial en Colombia, siendo el primer feriado del mes de diciembre y, por lo tanto, dando inicio a las celebraciones navideñas, que tiene otro hito importante, el 16 de diciembre, cuando comienza la novena de aguinaldos, que en el pasado hemos explicado en esta columna. En Colombia, la espera de la Inmaculada, en algunas regiones del país, especialmente de la costa Caribe, va hasta la madrugada del 8 de diciembre.

El legendario compositor barranquillero Adolfo Echeverría, describe en dos canciones esta festividad, en Las Cuatro Fiestas y especialmente en Inmaculada, en la primera se mencionan las celebraciones más destacadas de Barranquilla, iniciando en navidad y terminando en su famoso Carnaval, mientras que la segunda se centra en la de la vigilia del 8 de diciembre. Aquí pueden escuchar las versiones originales, aunque de la primera canción, posiblemente muchos la hayan conocido a través de Diomedes Díaz.

 

La noche de las velitas se sigue celebrando como una forma de reunión en familia, o con amigos y/o vecinos, que puede tener o no, el componente religioso y que en las ciudades y pueblos colombianos, se expresa mediante el encendido de las velitas y faroles, pero también con las iluminaciones eléctricas por parte de las autoridades o empresas privadas que contribuyen a los adornos de las ciudades y en los hogares, de los respectivos arbolitos y/o pesebres navideños. Ahora se le ha agregado ruido y música a un momento que originalmente era de profundo respeto y que se dedicaba a la oración o a la conversación tranquila entre familiares y amigos.

Debe recordarse, que incluso en el cine, la noche de las velitas ha tenido protagonismo. La escena más emotiva de la maravillosa Encanto, musical animado de Disney, se inicia con esta bonita tradición, mientras suena de fondo la canción Dos Oruguitas, obra del compositor Lin-Manuel Miranda e interpretada por Sebastián Yatra.
 

 

Para la familia de El Correo del Golfo, su equipo de trabajo y para todas las lectoras y lectores de esta columna en particular, sea justa la oportunidad para enviar un saludo sincero en este inicio navideño, que siempre haya una luz, así sea de una humilde velita, iluminando su camino.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En lo que sigue llamando Twitter lo encuentran como @dixonmedellin y explora el cielo azul en Bluesky como @dixonacostamed.bsky.social.

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