jueves. 28.03.2024

El sur de España es una zona crítica en el escenario de calentamiento global que se avecina. Este mismo verano se han producido más días por encima de 40 grados que cualquier otro registro jamás antes detectado. Veinte de ellos de forma consecutiva. Para frenar la escalada del mercurio, Sevilla está a punto de inaugurar un proyecto piloto que prevé rebajar de forma natural la temperatura hasta diez grados en zonas urbanas. El plan se inspira en un sistema subterráneo de “qanat” persa con más de 3.000 años de antigüedad. 

Los “qanat” eran túneles excavados en zonas desérticas para buscar agua y trasladarla hasta un punto determinado. Los canales subterráneos se perforaban de forma horizontal en colinas hasta alcanzar la capa freática. Y, para procurar ventilación a los obreros, se abrían pozos verticales. Entonces se dieron cuenta de que el aire que accedía por un extremo, entraba en contacto con el agua fría de la capa freática y salía a 200 metros a una temperatura constante y manifiestamente inferior. 

Este es el concepto que hoy, tres milenios después, un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla va a reproducir en el mismo espacio que en 1992 se celebró la Expo Universal. La réplica tendrá cambios notables. Por ejemplo: los “qanat” serán ahora tuberías de 35 centímetros de diámetro, que formarán una red de 9 conductos y con una longitud máxima de 40 metros. Los caños estarán enterrados y, parte de ellos, sumergidos en el agua. 

Gráfico que muestra el desarrollo de la actuación en  Cartuja Qanat para implentar la tecnología surgida hace tres milenios en Oriente Medio. (Cartuja Qanat)
Gráfico que muestra el desarrollo de la actuación en Cartuja Qanat para implentar la tecnología surgida hace tres milenios en Oriente Medio. (Cartuja Qanat)

El aire enfriado se lanzará sobre dos puntos concretos. Un anfiteatro de 200 metros cuadrados, que ya se usaba en la Expo92, y un zoco de 750 metros que se destinará a eventos culturales y sociales. El zoco se encuentra bajo rasante a dos metros de profundidad para que el aire caliente exterior no penetre. El aire frío pesa más y ocupará las zonas bajas. El equipo de expertos prevé que el área de ocupación alcance una temperatura estable de 27 grados. El funcionamiento óptimo del sistema estipula registros no superiores a los 37 grados ambiente. “Por encima de 40 grados”, aduce Servando Álvarez, “recomendamos a la gente que se quede en casa con el aire acondicionado puesto y una serie de televisión entretenida”. 

Servando Álvarez es ingeniero y responsable científico de un equipo formado por 19 investigadores que han diseñado Cartuja Qanat. El Departamento de Ingeniería Energética, ligado a la Universidad de Sevilla, se encuentra a tan solo 200 metros del proyecto piloto de la Cartuja. Con 32 años ya participó en los planes de acondicionamiento climático desarrollados en Expo92 para generar espacios de confort ambiental en una ciudad extremadamente cálida del sur de Europa. Treinta años después vuelve a la carga. El contexto es, si cabe, más preocupante en términos de calentamiento global que entonces. 

“Este proyecto es para combatir las consecuencias del cambio climático. No las causas”, puntualiza el catedrático Servando Álvarez. “Y estoy convencido de que este modelo se abrirá paso en el futuro”. De hecho, este sistema de enfriamiento natural tiene ya una réplica en la Avenida de la Cruz Roja, en el marco de una actuación municipal de peatonalización en Sevilla. En ese caso, se actuará sobre marquesinas del bus, patios de colegio y plazas. Lo que el grupo de investigación se propone es “recuperar el espacio público” creando condiciones suficientes de confort. La vegetación juega un papel central. Se ejecutarán jardines verticales y cubiertas verdes como actuación complementaria del proyecto. 

Obras en el zoco de Cartuja Qanat. (Cartuja Qanat)
Obras en el zoco de Cartuja Qanat. (Cartuja Qanat)

Al ingeniero andaluz le preocupa seriamente la pérdida de una manera tradicional de vivir en la calle. Pone el foco en la invasión masiva del vehículo a motor en las últimas décadas como factor principal de degradación del espacio urbano. “Está todo ocupado por los coches. Y en los pocos lugares que tenemos libres no podemos estar en ellos porque el clima no lo permite”, argumenta. Es el caso de las áreas de juegos infantiles. Un “fabuloso espacio” que está inutilizado la mitad del año porque está sometido a un “calor insoportable”. En Sevilla hay cientos, pero están vacíos, remarca Álvarez. “Me gustaría atacar con prioridad ese tipo de áreas”, anuncia. 

La actuación de Cartuja Qanat se centra en la Avenida Thomas Alva Edison y cuenta con una inversión de 5 millones de euros, el 80% de los cuales procede de fondos europeos. El Ayuntamiento de Sevilla es la administración promotora, aunque cuenta con otros cinco socios, entre ellos la Universidad hispalense y el Instituto Eduardo Torroja del CSIC. El proyecto tiene fecha límite del 31 de octubre próximo y es previsible que se inaugure oficialmente en septiembre. A partir del próximo día 12 del mes en curso se harán ensayos y encuestas de confort sobre el terreno

Si la experiencia genera resultados convincentes, es probable que el modelo, pionero en Europa, se exporte a otras urbes cálidas del Mediterráneo sur como arma de combate para mitigar los efectos del calentamiento global que auguran todos los estudios científicos. 

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