MV Kunhu Mohamed, un millonario de Dubai, recuerda con nostalgia su llegada al emirato en 1967. A los 22 años, sin dinero ni certezas, emprendió un viaje épico desde Vadakkekad, India, hasta Dibba Al Baya, Omán, a bordo de un dhow de madera.
"Solo tenía un lungi y una camisa empapados, pero una inmensa fe en Alá", rememora. La travesía duró cuarenta días, impulsada únicamente por el viento. Tras andar durante varios días llegó a Khorfakkan donde Mohamed inició su aventura en Sharjah con empleos modestos, desde ayudante de fontanero hasta limpiador de utensilios.
Su perseverancia y ética laboral llamaron la atención del jeque Saqr bin Mohammed Al Qasimi, quien lo empleó como chófer. Durante cuatro años, Mohamed se dedicó al cultivo y venta de verduras, sentando las bases de Jaleel Holdings, una empresa que hoy emplea a más de 1.700 personas y opera en distintos sectores.
Cuando llegó, Emiratos Árabes Unidos aún estaba en sus inicios. No había carreteras asfaltadas, solo caminos de arena que conectaban Deira con Rolla, en Sharjah. "En mi país, la gente decía que aquí no había nada en la superficie, pero que debajo yacía oro. Todos creían que este desierto escondía tesoros", comentó.
A sus 79 años, Kunhu Mohamed sigue visitando su oficina para ver a sus empleados, a quienes trata como familia. Fiel a una regla simple pero poderosa, nunca retrasa el pago de salarios, inspirándose en las enseñanzas del profeta.
"Cuando llegué a Duba, no tenía nada, solo fe. Hoy, miro el mar y recuerdo mi viaje con gratitud. Es Alá quien me ha guiado y hecho quien soy", concluye Mohamed, dividido entre su vida en Dubai e India, donde practica yoga y reflexiona sobre su extraordinario recorrido.
