viernes. 29.03.2024

Beatriz Pereira Maquieira, joven bióloga gallega afincada en Dubái desde hace dos años, «va rápido» en su carrera. A sus 29 años, según publica el diario ABC en una información firmada por el periodista Rafael Unquiles, es la máxima responsable a nivel técnico del Dubai Aquarium & Underwater Zoo, una impresionante «pecera» que alberga a 33.000 animales de más de 300 especies. Entre ellos, un cocodrilo australiano de cinco metros famoso por «comer humanos».

Las dimensiones del acuario son espectaculares: nueve pisos de altura, la superficie de una piscina olímpica y contiene diez millones de litros de agua. Hasta el punto de que los visitantes pueden bucear mientras cientos de personas los observan a través del panel acrílico más grande del mundo, una aventura que se desarrolla rodeados de más de 300 tiburones y gigantescas rayas y que es posible seguir asimismo desde un túnel submarino transparente que permite situarse, sin demasiada imaginación, en las profundidades de un océano plagado de vida y de color. Bajo las órdenes de la española está casi todo, desde la alimentación de los animales a la reproducción en cautividad. «En el suelo soy la cabeza», asegura. También dirige a la legión de acuaristas que a diario se afanan por tenerlo todo a punto.

Y no sólo eso. Es la encargada de supervisar la llegada de animales y hasta de la iluminación de un recinto que va mucho más allá de lo que se entiende por un acuario ya que cuenta con tres secciones: agua salada, agua dulce y vida nocturna. Pero si tienen un inquilino que sobresale por derecho propio es King Croc, un cocodrilo australiano de cinco metros llegado hace sólo unas semanas al acuario situado en Dubai Mall y que se ha convertido en la estrella del espectáculo. Es el preferido de Beatriz Pereira. Y se le nota. Habla de él con pasión cuando afirma que su especie es famosa por «comer personas». Asegura que está «cautivada» porque «nunca había tenido tan cerca un animal tan grande, tan impresionante». Y por algo más: su comportamiento, que «es más humano de lo que pensamos». De hecho, en su estanque vive con su pareja, que viajó con él desde Australia y, según cuenta la bióloga, duermen tocándose una nariz o una pata, manteniendo «ese contacto íntimo que nosotros también tenemos».

El despliegue para capturar y trasladar a King Croc desde su tierra natal hasta Emiratos Árabes Unidos fue faraónico e incluyó un viaje en jet privado a cuerpo de jeque. En el Dubai Aquarium & Underwater Zoo lo veneran y lo miman. Como dato sirva que han realizado una escultura suya a tamaño real que es objeto de devoción y punto de mira diario de miles de cámaras fotográficas. Quieren que tenga una larga vida, que sume a sus 40 años actuales otros 80 y que llegue a alcanzar los siete metros de longitud que le permitan erigirse en el cocodrilo más grande del mundo.

Es otro de los retos de Beatriz Pereira, que aterrizó en Dubái tras lograr un empleo en el acuario del hotel Atlantis a través de una oferta que vio en Internet cuando ejercía de instructura de buceo en Lanzarote. Tiempo después dio el salto a Dubai Aquarium. Antes se había licenciado en Biología por la Universidad de Vigo, un pasado que le hace recordar que, a pesar de que a ella la vida le va muy bien, la mayoría de sus compañeros están en el paro. En Dubái ha encontrado su vida de «sueño». Tiene una sólida relación sentimental, que también halló en las calientes orillas del Golfo Arábigo, y un trabajo con gran proyección en el que cada día gana mayor prestigio. Su futuro inmediato pasa por Emiratos, donde se siente a las mil maravillas. Pero a medio plazo le gustaría recalar en California, un paraíso para su profesión. El regreso a España ni lo contempla.

Beatriz Pereira, una gallega al frente de Dubai Aquarium
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