13 de julio de 2025, 9:43
Emiratos Árabes Unidos ha condenado enérgicamente el ataque aéreo perpetrado contra un monasterio budista en la aldea de Lin Ta Lu, situada en la región de Sagaing de Myanmar. Este acto violento resultó en la muerte de al menos 23 civiles inocentes, incluidos niños, y ha suscitado una ola de indignación internacional.
En un comunicado emitido este sábado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, se reafirmó la postura de Emiratos frente a estos "actos criminales" que buscan desestabilizar la seguridad y la paz. La declaración subrayó la importancia de proteger la vida y la dignidad de todos los ciudadanos, independientemente de su credo.
Además, el Ministerio expresó sus más sinceras condolencias y solidaridad a las familias de las víctimas, así como al pueblo de Myanmar, instando a la comunidad internacional a tomar medidas para prevenir futuros ataques similares.
Según diversas fuentes, el ataque nocturno no solo dejó un trágico saldo de muertos, sino que también hirió a unas 30 personas, de las cuales diez se encuentran en estado crítico. Grupos de resistencia en la región han calificado este ataque como un intento de amedrentar a las comunidades locales. Las reacciones continúan fluyendo mientras la situación en Myanmar sigue siendo tensa y preocupante.
En un comunicado emitido este sábado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, se reafirmó la postura de Emiratos frente a estos "actos criminales" que buscan desestabilizar la seguridad y la paz. La declaración subrayó la importancia de proteger la vida y la dignidad de todos los ciudadanos, independientemente de su credo.
Además, el Ministerio expresó sus más sinceras condolencias y solidaridad a las familias de las víctimas, así como al pueblo de Myanmar, instando a la comunidad internacional a tomar medidas para prevenir futuros ataques similares.
Según diversas fuentes, el ataque nocturno no solo dejó un trágico saldo de muertos, sino que también hirió a unas 30 personas, de las cuales diez se encuentran en estado crítico. Grupos de resistencia en la región han calificado este ataque como un intento de amedrentar a las comunidades locales. Las reacciones continúan fluyendo mientras la situación en Myanmar sigue siendo tensa y preocupante.
