martes. 19.03.2024

La española Mercedes Cárdenas no puede salir de Emiratos Árabes Unidos desde hace más de un mes por no contar con la autorización de su antiguo jefe. Su situación ha generado el interés de numerosos medios de comunicación de España que siguen muy de cerca el caso.

“Llevo atrapada aquí 34 días. Me encuentro desesperada, prácticamente deambulando por la calle y pidiendo ayuda a hispanohablantes que, de buena voluntad, me ayudan en lo que pueden y me dan alojamiento para unos días”, ha explicado a la agencia de noticias EFE esta marinera malagueña de 33 años.

La joven quiso salir del país hace poco más de un mes, después de una insatisfactoria experiencia laboral y de comprar el billete de vuelta a España con casi todo el dinero que le quedaba, pero en el aeropuerto de Dubai le comunicaron que no podía abandonar el país.

“Solo me dijeron que no podía volar y que el responsable de anularme el visado (de trabajo emiratí) era mi exjefe”, cuenta en una entrevista telefónica.

En Emiratos Árabes Unidos, como en otros países del Golfo Arábigo, rige el sistema laboral de ‘kafala’ o patrocinio, por el que los trabajadores inmigrantes quedan prácticamente a merced de su empleador, ya que no pueden salir del país ni cambiar de empleo sin la autorización de este.

Lo habitual es que esta situación afecte a trabajadores del sudeste asiático, que representan el grueso de la mano de obra en el golfo, y no occidentales.

Sin embargo, en el caso de Cárdenas se dio la circunstancia de que fue el propio empleador quien incumplió el contrato, según relata.

La marinera llegó a EAU en octubre para trabajar en un “yate de lujo” para alquiler en el que había sido contratado su pareja, también español, como capitán, pero las condiciones de la nave no eran las que esperaban.

“Estaba roto el plotter (sistema de localización), la radio, el timón... No teníamos reloj de combustible ni profundímetro. El barco iba navegando a ciegas. Era muy peligroso”, señala Cárdenas.

“Además, vivíamos en unas condiciones infrahumanas: sin ventilación en los camarotes, sin aire acondicionado, sin cocina ni lavadora, con cucarachas...”, añade.

La situación se hizo insostenible cuando se rompió el ancla, así que el capitán llamó a inspección y el barco fue paralizado, algo que no gustó al propietario.

“A los tres días apareció con dos policías y dos abogados, y nos dieron diez minutos para abandonar el barco y nos pusieron en la calle con solo una noche de hotel” pagada, denuncia la malagueña.

Ella y su pareja acudieron a la Embajada española, donde les aconsejaron volver a España pero, cuando se disponían a viajar el pasado 25 de noviembre, él si pudo subir al avión y ella no.

Desde la Embajada de España en EAU han informado a Efe que desde que Cárdenas “se puso en contacto el pasado mes de noviembre, se le ha proporcionado reiterada asistencia consular en función de sus circunstancias”.

Explicaron que ya se han hecho las gestiones oportunas ante las autoridades locales, a través de los cauces diplomáticos habituales y por otras vías, para tratar de recabar información y brindar una asistencia consular adecuada a la interesada.

Según las mismas fuentes, Cárdenas ha sido informada puntualmente por vía telefónica y se le ha aconsejado que acuda al Departamento de Inmigración para resolver su situación con mayor celeridad, y ante el argumento de falta de recursos se le han facilitado los documentos para solicitar ayuda económica.

Desde la Embajada española -dicen las fuentes- se sigue muy de cerca el caso que, en estos momentos, requiere exclusivamente de la cancelación del visado facilitado por la compañía a Cárdenas ante el Ministerio de Trabajo, y de cuya evolución se mantiene puntualmente informados a los interesados.

Cárdenas dice encontrarse en “un estado de nervios permanente y mucha ansiedad”: “Me noto débil porque no estoy alimentándome bien debido a que estoy en la calle, sin recursos económicos, sin hogar, lejos de mi familia. Aquí no tengo a nadie”, afirma.

Ahora mismo se encuentra alojada con una familia latinoamericana que le ofrece “ayuda en lo que puede”. Mientras, su pareja ha seguido haciendo gestiones desde España para intentar sacarla del país árabe y en los últimos días ha denunciado el caso a la prensa en España.

Española no puede salir de Dubai porque su jefe no lo autoriza
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