jueves. 25.04.2024

Nació en uno de los barrios más humildes de España y ha alcanzado una de las cumbres artísticas más sublimes. Desde 2019, Rubén Olmo dirige el Ballet Nacional de España (BNE). Su personalidad artística está esculpida sobre el noble mármol de una sólida trayectoria profesional, que arrancó con 16 años cuando ingresó en la compañía de Javier Barón. Desde entonces, no ha parado de crecer. Ha bailado bajo la dirección de Aida Gómez y Eva la Yerbabuena, y ha sido primer bailarín en montajes alumbrados por Javier Latorre, Ramón Oller, Antonio Canales, José Antonio o Israel Galván. En 2006 fundó su propia compañía y entre 2011 y 2019 fue director del Ballet Flamenco de Andalucía. Es Premio Nacional de Danza 2015.

Al frente del Ballet Nacional, el 2 de febrero a las 19.00 horas presentará en el escenario de Jubilee Stage en Expo 2020 Dubai el espectáculo 'Invocación' como principal reclamo del Día de España. En esta entrevista para EL CORREO DEL GOLFO, Rubén Olmo desgrana los pormenores de un programa con un completo repertorio de danza española y que estrena por primera vez en un país árabe.  

¿Con qué se van a encontrar los espectadores de Emiratos?

Se van a encontrar un espectáculo con un abanico amplio de lo que es la danza española en casi todos sus estilos. Abrimos con 'Invocación bolera', una pieza de escuela bolera en zapatillas. Luego con una obra de danza estilizada, y después con otra del maestro Mario Maya: 'De lo flamenco'. Yo creo que van a poder disfrutar de un Ballet Nacional de España con mucha fuerza y mucha danza. 

"El flamenco y la cultura árabe tienen mucho en común tanto en música como en forma de entender la danza"

 

Es la segunda vez que este espectáculo sale de España y la primera que va a un país árabe. ¿Espera una sensibilidad particular en un lugar que ha tenido lazos culturales históricos a través de Al Andalus?

Creo que sí. Estoy acostumbrado al público árabe. El flamenco y la cultura árabe tienen mucho en común tanto en música como en forma de entender la danza. El flamenco es una rama muy pasional de la danza. Y creo que la danza y el público árabe son pasionales y van a poder disfrutar y entender el espectáculo que lleva el Ballet Nacional.

¿Ha estado en Emiratos Árabes bailando?

Estuve con el Ballet Flamenco de Andalucía y creo recordar que con Eva la Yerbabuena, donde hicimos una gira con Miguel Marín. La verdad es que era emocionante cada vez que salíamos al escenario. Fue hace unos ocho o nueve años.

¿Qué sensaciones tiene usted cuando se sube al escenario de un país de cultura distinta a la española?

Siempre pongo mi alma y mi empeño en que el público entienda y disfrute de nuestro baile. Es verdad que cuando uno sale al escenario no sabe con qué se va a encontrar, pero empieza a crecer un clima y a conectar con el público. Sí recuerdo esa conexión. Pasa en casi todos los países que tienen esas raíces y esa cultura, donde al final conectas y se emocionan con nosotros.

La espectacularidad y belleza del Ballet Nacional de España estará en Expo 2020 Dubai. (Cedida)La espectacularidad del Ballet Nacional de España estará en Expo 2020 Dubai. (Cedida)

¿Qué significa para el Ballet Nacional mover un espectáculo de estas características en términos humanos y de material escenográfico?

El Ballet Nacional es una compañía grande. Somos 47 bailarines en escena y 9 músicos en directo. Movernos de casa, a veces, se hace un poco difícil. Es una masa muy grande. Pero estamos acostumbrados a ser una familia de gira y a poner todo el empeño en que los países vean y conozcan el Ballet Nacional. Este espectáculo no lleva una gran escenografía pero sí un gran vestuario histórico. Son 47 bailarines que se cambian tres veces en el espectáculo, así que llevamos como unas 230 piezas de vestuario. Eso es quizás lo más grande que llevamos a nivel escenográfico.

"Es siempre un orgullo representar a España de la mejor manera posible"

 

¿Y qué significa para el Ballet Nacional representar a nuestro país en una Expo Universal justamente el Día de España?

Pues todo. Porque el Ballet Nacional es la representación de España y es único en el mundo. Hay diferentes ballets nacionales que compiten en el clásico o en la danza contemporánea. Pero el BNE es único en su estilo y nos hace diferentes. Tenemos unos grandes bailarines preparados en todos los estilos, ya sea la danza contemporánea o la española. Para nosotros, es siempre un orgullo representar a España de la mejor manera posible. 

Usted bailará el solo 'Jauleña', que es una fusión de danza contemporánea y flamenco. ¿La fusión es el gran género de nuestro tiempo?

La fusión creo que es importante para seguir creciendo dentro de la danza española, pero también es importante crecer saboreando nuestras raíces y lo que nos han dejado los maestros. A partir de ahí, hacer nuestra propia danza y nuestra propia fusión con las demás danzas. Así intentaremos crecer un poquito más y hacer de la danza española un poquito más grande.

¿'Invocación' es la carta de presentación de Rubén Olmo como director del Ballet Nacional de España?

Es una de las cartas. Dentro del Ballet Nacional me puse una meta: que tenía que tener diferentes programas. 'Invocación' lo que nos da es un gran abanico de lo que es la danza española, donde el público, a veces, no quiere encontrarse con una historia ni con un ballet de argumento, sino simplemente disfrutar de la danza. En este programa van a poder disfrutarla. Por eso, después estrené 'La Bella Otero', como obra de argumento de gran formato. También la danza española tenía que seguir contando historias y montando dentro de la casa esos ballets de argumento, donde podamos contar la vida de la Bella Otero o de Medea. Tiene que tener diferentes programas y diferentes registros.

¿Se siente más como bailarín de danza contemporánea o como bailaor flamenco?

Más como bailarín de danza española contemporánea. El bailaor flamenco es un bailarín que baila solo un registro. En mi caso, tengo muchos registros de baile y quizás por eso me siento más bailarín, aunque hay una parte de mí que también es bailaor. Digamos que dentro de mi danza encontramos muchos estilos.

¿Hacia dónde cree usted que camina la danza contemporánea?

-La danza contemporánea y la vanguardia van caminando solas. Son ballets nuevos que se hacen hoy día y van saliendo diferentes estilos y técnicas. Tenemos los pilares de siempre: la técnica Graham, la técnica Limón, la Cunningham. Pero van saliendo esos maestros nuevos, que van aportando nuevas tendencias. En ese campo tenemos mucho para escoger.

"El flamenco de Mario Maya era idóneo para el Ballet Nacional, donde nos encontramos no con bailaores y bailaoras sino con bailarines que pueden interpretarlo"

 

Va a presentar en el programa una coreografía de Mario Maya, uno de los grandes bailaores y coreógrafos flamencos. ¿Por qué ha elegido a Mario Maya?

Mario ha sido uno de los grandes coreógrafos dentro del flamenco. El flamenco es muy individualista a la hora de interpretarlo. Pero Mario, que era un enamorado del ballet y la danza clásica, supo entender el flamenco para los bailarines. Movía muy bien a la gente en escena y le gustaban los ballets grandes de cuarenta o cincuenta personas. Por eso, el flamenco de Mario Maya era idóneo para el Ballet Nacional, donde nos encontramos no con bailaores y bailaoras sino con bailarines que pueden interpretar el flamenco. Vemos cómo movía Mario a toda esa gran masa de personas y sigue siendo flamenco. Era importante que Mario tuviera un programa dentro del BNE porque hasta hoy día no lo tenía. Y fue una persona también importante porque nos aportó dentro del flamenco la danza teatro andaluza. Empezó a contar historias dentro del flamenco y a reivindicar su raza gitana y su importancia. 

Usted ha aprendido de los mejores bailaores y bailarines españoles, desde Granero a Javier Latorre, pasando por Canales, José Antonio o Aida Gómez. ¿En qué espejo se mira cada día?

Yo intento mirarme en todos los maestros que han ido pasando por mi vida. Sí que es verdad que me reflejo mucho cada vez que coreografío en mi maestro Ramón Oller, que viene de la danza contemporánea. Y en Aida Gómez, que ha sido una gran maestra de la danza española en mi vida. Y en Manolo Marín, que fue el primer maestro de flamenco que tuve yo desde chiquitito. Son esos pilares que siempre están ahí. También en Pepa Coral, que fue una maestra de flamenco del conservatorio de danza que me aportó muchísimo. 

Tiene una trayectoria artística impecable. ¿Dirigir el Ballet Nacional es la cumbre de cualquier bailarín?

No sé si es la cumbre, pero, desde luego, es algo que un bailarín siempre sueña. Cuando empiezas el camino de la coreografía y diriges tu propia compañía, siempre el estímulo es llegar a un ballet donde puedas realizar de la mejor forma tu trabajo. Y eso, hoy por hoy, solo te lo puede dar el Ballet Nacional de España, donde puedes realizar todos tus trabajos, con una compañía grande y un gran presupuesto para llevarlo a cabo. Para cualquier director o coreógrafo es lo más soñado. 

Rubén Olmo ha llegado desde las Tres Mil Viviendas de Sevilla a lo más alto de la danza española. (Cedida)Rubén Olmo ha llegado desde las Tres Mil Viviendas de Sevilla a lo más alto de la danza. (Cedida)

Cuando usted tomó posesión en 2019, tras ocho años bajo la dirección de Antonio Najarro, dijo que el Ballet Nacional necesitaba un cambio. ¿Qué cambio?

Después de ocho años de una dirección, todos los bailarines y compañías necesitan un cambio. Cada director que ha pasado por el BNE ha dejado mucha huella, porque tenemos que trabajar muchísimo y dedicar nuestra vida a este puesto de dirección. Pero tenemos que seguir aportando. Cuando yo haga mi trabajo aquí, con mis nuevas formas y mi estilo, llega un momento en que el BNE necesitará de otra persona y creo que eso es necesario. 

¿Cuál es el sello propio de Rubén Olmo?

Yo creo que lo que me ha hecho diferente es quizás que dentro de todos mis estudios de la danza española he sido un bailarín completo en todos mis registros de danza. La danza contemporánea entró en mi vida con 14 años. Conjugué la danza contemporánea con la española y el flamenco, y toda esa amalgama me hizo diferente y me dio quizás mi propia personalidad.

"Me encontré la danza con dos añitos y mi madre supo ver que mis ojos brillaban diferente cuando veía a una persona bailar"

 

Se crió en el humilde barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas. ¿Se agarró usted a la danza para burlar el destino?

Yo era muy chiquitito. Nací en las Tres Mil Viviendas y mi familia era del Cerro del Águila, otro barrio humilde. Me encontré la danza con dos añitos y mi madre supo ver que mis ojos brillaban diferente cuando veía a una persona bailar. Me puso el camino por delante. Tuve unos padres que supieron ver que había algo en mí que me hacía vibrar con eso. Gracias a Dios, me pusieron ese camino, pero no era consciente de que había nacido en un barrio más problemático. 

¿Qué le dice a sus vecinos de las Tres Mil Viviendas de que una persona como usted haya llegado nada menos que a uno de los grandes bailarines de España? 

En estos últimos años, cuando me hicieron director, la asociación Alalá me invitó y me encontré con muchos que empezaron conmigo a la edad de dos años. La asociación Alalá hace una labor maravillosa. Recoge a los niños sin recursos y que están un poco perdidos en la calle y les da ese espacio para que puedan aprender guitarra, percusión, a cantar y a bailar. Vinieron para darme un abrazo, un beso y mucho cariño. Para mí, fue emocionante volver al barrio y encontrarme a esas personas que empezaron conmigo. A todos esos niños jovencitos siempre les digo que luchen su sueño. Y que luchen hasta el final. Que con esfuerzo y con ganas se puede llegar donde quieras. 

¿El arte es un arma transformadora?

El arte que nace del corazón, que nace natural en tu vida, tiene mucho poder. Porque lo entiendes desde que has nacido así y lo puedes defender de esa manera. Mi defensa en mi vida es mi danza. No me he preparado en otra cosa. 

"El Ballet Nacional es la representación de España y único en el mundo"
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