Un sismo de magnitud 7,4 ha sacudido el sureste de Turquía la madrugada de este lunes y fue seguido por varias réplicas; la más fuerte fue de 6,7 grados. El potente terremoto se sintió en la región y derribó varios edificios, según los primeros informes. Al menos 300 personas han muerto y más de un millar han resultado heridas en Siria y en el sureste de Turquía a causa del terremoto, según han informado las autoridades turcas y sirias.
Las labores de rescate continúan y se teme que el número de víctimas sea mucho mayor. Otros países vecinos, como Irak, Chipre, Líbano o Israel también han sentido los temblores.
Sin embargo, estos balances de víctimas pueden aumentar, ya que los servicios de búsqueda y rescate están en este momento realizando labores para rescatar a quienes se puedan encontrar bajo los escombros de los numerosos edificios que han caído como consecuencia de los seísmos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos manifestó que el sismo tuvo su epicentro a unos 33 kilómetros de Gaziantep, una importante ciudad y capital provincial. Se centró a 18 kilómetros de profundidad.
Al menos 130 edificios se han derrumbado en las provincias vecinas de Malatya, Diyarbakir y Malatya, ha informado la televisión HaberTurk.
Turquía se asienta sobre las principales líneas de falla y con frecuencia es sacudida por terremotos.
El ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, ha anunciado que han emitido el grado 4 del estado de alarma, lo que incluye la solicitud de ayuda internacional. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, escribió en su cuenta de Twitter: "Esperamos que podamos superar esta catástrofe lo antes posible y con el menor daño".
El terremoto también se sintió en al menos 14 países más de la región, como Líbano, Siria y Chipre. Los medios estatales de Siria informaron que algunos edificios se derrumbaron en la ciudad norteña de Alepo y en la ciudad central de Hama.
Se trata del mayor terremoto registrado en Turquía desde el ocurrido en 1999 en Izmit (7,6), que causó miles de muertos, algo mayor que el de Van en 2011 (7,2) que causó 600 muertos y el de Esmirna en 2020 (7,0) que causó 115 muertos.
