La Marina de Estados Unidos se incautó más de 2.100 rifles de asalto de un barco en el Golfo de Omán que cree que provenían de Irán y se dirigían a los rebeldes hutíes de Yemen, informó este martes un portavoz de la Marina. Fue la última captura de armas que supuestamente se dirigían al país más pobre del mundo árabe.
La incautación del viernes pasado ocurrió después de que un equipo del USS Chinook, un bote patrullero costero de clase Cyclone, abordó un velero tradicional de madera conocido como dhow. Descubrieron los rifles Kalashnikov envueltos individualmente en lonas verdes a bordo del barco, declaró el comandante Timothy Hawkins, portavoz de la Quinta Flota de la Marina con sede en Oriente Medio.
El Chinook, junto con el patrullero USS Monsoon y el destructor de misiles guiados USS The Sullivans, tomaron posesión de las armas. Se parecían a otros rifles de asalto incautados previamente por la Armada, que se sospecha que provienen de Irán y se dirigían a Yemen. “Cuando interceptamos el barco, estaba en una ruta históricamente utilizada para el tráfico de carga ilícita a los hutíes en Yemen”, dijo Hawkins a la agencia de noticias The Associated Press. “La tripulación yemení corroboró el origen”. La tripulación yemení, agregó Hawkins, será repatriada a una zona de Yemen controlada por el Gobierno.
Un embargo de armas de las Naciones Unidas ha prohibido las transferencias de armamento a los hutíes desde 2014, cuando estalló la guerra civil de Yemen. Irán ha negado durante mucho tiempo haber armado a los hutíes, incluso cuando ha estado transfiriendo rifles, granadas propulsadas por cohetes, misiles y otras armas a la milicia yemení utilizando rutas marítimas. Expertos independientes, naciones occidentales y analistas de la ONU han rastreado e identificado los componentes incautados a bordo de otros barcos como iraníes. En noviembre, la Marina encontró 70 toneladas de un componente de combustible para misiles escondido entre bolsas de fertilizante, también supuestamente de Irán y con destino a Yemen.
Los hutíes se apoderaron de la capital de Yemen, Saná, en septiembre de 2014 y obligaron al Gobierno reconocido internacionalmente a exiliarse. Una coalición liderada por Arabia Saudita, armada con armas e inteligencia estadounidenses, entró en la guerra del lado del gobierno exiliado de Yemen en marzo de 2015. Años de lucha inconclusa han llevado a la nación más pobre del mundo árabe al borde de la hambruna.
