Un soldado norcoreano capturado en Ucrania reveló que fue engañado por sus oficiales, quienes le hicieron creer que luchaba contra fuerzas surcoreanas.
En una entrevista con el diario Chosun Ilbo, el soldado, identificado como Ri, expresó su desconocimiento sobre la situación y su deseo de solicitar refugio en Corea del Sur tras su liberación.
Ri mencionó que creía estar combatiendo a soldados surcoreanos y no ucranianos.
Durante los combates, Ri sufrió graves heridas y perdió a la mayoría de su batallón.
Manifestó que si hubiera tenido una granada, habría considerado quitarse la vida, ya que ser prisionero sería visto como una traición en Corea del Norte.
La ONG Human Rights Watch ha solicitado un trato humanitario para los prisioneros norcoreanos, adviertiendo sobre las represalias que enfrentarían si son enviados de vuelta al Norte, citando el principio de "non-refoulement".
Se estima que unos 5.000 soldados norcoreanos han muerto o sido heridos en la región de Kursk, donde se desplegaron entre 11.000 y 12.000 efectivos.
A pesar de las pérdidas, las tropas norcoreanas parecen haber sido retiradas del frente en busca de entrenamiento adicional por parte del Ejército ruso.
