El viaje del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, a Francia no se trató solo de su reunión con el presidente Emmanuel Macron. Los titulares también acapararon el lugar de su estancia.
El príncipe se hospeda en un lujoso castillo, que se considera la "casa más cara" del mundo. Curiosamente, la casa es propiedad de Bin Salman, quien la compró en 2015.
Según un informe de la agencia de noticias AFP, el Chateau Louis XIV fue adquirido por un comprador no revelado por 300 millones de dólares en 2015. La revista Fortune la había llamado "la casa más cara del mundo".
En 2018, el New York Times informó que Bin Salman era el propietario final del castillo a través de una serie de empresas ficticias.
La gran casa de 7.000 metros cuadrados está situada en las afueras de París, en Louveciennes. Es una mansión de nueva construcción que pretende replicar el lujo extravagante del cercano Palacio de Versalles, que alguna vez fue la sede de la familia real francesa.
Según la AFP, el heredero al trono saudí se hospedaba en la propiedad antes de su cena con Macron el jueves. Los reporteros afuera del muro perimetral vieron personal de seguridad con trajes que custodiaban la entrada y una gran presencia policial, incluida media docena de vehículos.
El lujoso e igualmente gigantesco castillo cuenta con un club nocturno y una llamativa fuente con hojas doradas.
La propiedad también alberga un cine, así como una cámara de vidrio bajo el agua en el foso que se asemeja a un acuario gigante con sofás de cuero blanco.
Según las fotos en el sitio web de la compañía de Emad Khashoggi, Cogemad, también hay una bodega dentro del castillo, aunque el alcohol está estrictamente prohibido en Arabia Saudita.
