El Dubai Mall recibe 75 millones de visitantes y tiene mil marcas de todas partes del mundo en lista de espera. Por ello, en el departamento de franquicias de la marca uruguaya Lolita ven la apertura de una tienda allí como un “acontecimiento que no tiene parangón en el resto de las marcas de América Latina”, según dijeron al diario El Observador fuentes de la firma.
La tienda se abrió este jueves y según afirman “los resultados son muy alentadores y están por encima de las expectativas, ya que los niveles de ventas son similares a los de un local en Uruguay, a pesar que no tienen aún un brand recognition (reconocimiento de marca)”.
Lo que le permitió a Lolita llegar a países como Dubai fue el proceso de transformación y rejuvenecimiento que tuvo la marca en los últimos cuatro años. El público objetivo son las mujeres de 25 años en adelante, de nivel socioeconómico medio y medio alto.
El concepto de marca de Lolita implica seguir fieles a su esencia, por eso las colecciones están inspiradas en tendencias mundiales. La diferencia de la tienda de Dubai con otros locales de la marca en Uruguay y otros países está en que algunas prendas puntuales no están presentes por las características del mercado.
La elección de Dubai responde a que “es el país con mayor competencia ya que tiene las marcas más importantes de Europa, Norte América y Oriente", señalaron desde la empresa.
Desde el año 2002 la marca comenzó sus pasos de cruzar las barreras de Uruguay con el fin de vender lo que no se podía a nivel local por la crisis. El sistema de franquicias que manejan se llama “Lolita Fashion Franchise System” y el primer país de Latinoamérica donde desembarcaron con este sistema fue El Salvador. Los primeros días de febrero desembarcó en Costa Rica con una tienda de poco menos de 100 metros cuadrados en el centro comercial Plaza Lincoln, ubicado al norte de San José.
Al día de hoy la marca posee 85 tiendas de las cuales solo 38 están presentes en Uruguay, y 47 están afuera de fronteras. La apertura en Dubai marca el comienzo de un camino ambicioso de aperturas en el resto de los países del Golfo pérsico dentro de los que se destacan: Arabia Saudita, Qatar y Omán. Evalúan posteriormente llegar a mercados como Egipto y Jordania.
