sábado. 20.04.2024

Overbooking, aglomeraciones en el embarque, un avión abarrotado y medidas de higiene deficientes. Este es el panorama que el español Gonzalo Rus asegura haberse encontrado en su reciente vuelo de repatriación a Madrid con Iberia. Rus, residente en Dubai, difundió el pasado 27 de abril a través de las redes sociales el relato de periplo, que ha calificado como “pésimo” a causa del comportamiento de Iberia en plena pandemia del coronavirus.

La experiencia de este español ha tenido dos caras, según su relato. Cuando salió de Dubai hacia Londres en un avión de Emirates nada le hacía presagiar que el final del viaje sería tan decepcionante. La aerolínea emiratí, asegura Rus, “siguió todos los controles y medidas de seguridad de forma exacta”. En su relato, difundido a través de Facebook y Twitter, el español explica que “los azafatos y azafatas estaban protegidos al completo con mascarillas, batas, guantes y pantallas protectoras”, los alimentos y bebidas se servían precintados y “con todas las medidas de higiene para cada pasajero” y se respetaban los asientos libres de seguridad. También estaba prohibido, cuenta este español, “usar los compartimentos superiores del avión, para evitar que la gente se quedara de pie o tocaran las puertas de los compartimentos”.

La cosa cambió al llegar a Londres, donde Rus tenía que tomar un avión de Iberia con destino a Madrid. El español señala que al validar su tarjeta de embarque para tener el billete, le comunicaron que “había overbooking y que debía permanecer en standby junto con muchísima gente más en la misma situación”. Para este español resulta “intolerable” realizar un overbooking en una situación de emergencia sanitaria con un solo vuelo disponible de repatriación a España.

La espera en el aeropuerto no iba a resultar fácil, se queja Rus. “Por parte de Iberia no había ningún tipo de control dentro del aeropuerto: filas enormes, gente descontrolada, ninguna medida de seguridad ni distanciamiento social etc. No nos garantizaban volar ni alojamiento en caso de quedarnos en tierra. Su única información fue que permaneciéramos en una fila distinta a la cola de embarque y si quedara alguna plaza libre meterían a gente de standby”.

Cuando ese momento llegó, continúa, “el vuelo iba completamente lleno por lo que no había espacio para nadie más”. Tras traer otro avión de Madrid, añade, tampoco les garantizaron volar debido a la numerosa afluencia de viajeros. Mientras todo eso sucedía, critica, había una “pésima organización con filas abarrotadas de gente”.

Al entrar en el avión, prosigue, la situación no mejoró. “No nos realizaron ningún tipo de control, test ni prueba médica. Ni si quiera nos tomaron la temperatura. Querían que embarcáramos todos lo más rápido posible”, explica.

El avión, que este residente en Dubai califica como “pequeño y aviejado”, contaba con “un pasillo estrecho y secciones de 3 asientos” y se llenó al completo “sin respetar un asiento de seguridad entre medias”.

“Iba completamente encajonado sin ningún tipo de distanciamiento con el resto de pasajeros teniendo dos personas pegadas a mí, tres delante y otras tres al otro lado separados por un estrecho pasillo”, se queja.

Tampoco el personal de cabina, asegura Rus, contaba con la protección adecuada ya que sólo llevaban “una mascarilla como protección” en “ausencia de guantes, batas y pantallas faciales”. Además, a diferencia de lo que sucedía en el vuelo de Emirates, “se permitía el uso de los compartimentos de arriba. Todo el mundo que estaba entrando venía con pertenencias para poner arriba. Todos tocando las puertas de los compartimentos y algunos sin guantes ni mascarillas ya que no obligaban a llevarlo ni se tomaban medidas para ello”, dice el viajero.

No hubo servicio de comida a bordo por “medidas de seguridad” pero sí se les ofreció agua “de una forma muy antihigiénica”, a criterio de Rus. Así, “un azafato llevaba una botella de litro y medio abierta en una mano y en otra una montaña de vasos de plástico que iba repartiendo a los pasajeros. Iba acercándose por todas las secciones de asientos con esa botella y esos vasos a menos de 1 metro de distancia de los pasajeros. Cuando llegaba al final del avión, había pasado con esa botella y vasos por todas las secciones”, señala.

Por todo ello, este viajero tacha de “vergonzoso” el hecho de que “en una situación con cancelaciones de vuelos, fronteras cerradas, repatriaciones etc Iberia intente sacar rendimiento económico con sobreventa de billetes en vuelos de repatriación de emergencia con casi un 100% sobrevendido”.

“Es imposible bajar el número de contagios si se siguen dando estas situaciones” dice el español mostrando su “decepción absoluta” con Iberia y culpando a la compañía de favorecer “la entrada de un virus a España por su falta de medidas de seguridad en una pandemia global”.

Gonzalo Rus finaliza su relato señalando que “al entrar en España los test y control de temperatura brillan por su ausencia”.

 

Denuncian aglomeraciones y falta de seguridad en Iberia
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