El Tribunal de Apelaciones de Dubai confirmó la sentencia del Tribunal de Primera Instancia, en la que se condenaba a un ciudadano árabe a tres meses de cárcel y a una multa de 103.000 díihams tras ser declarado culpable de obtener fraudulentamente el mismo importe de un europeo al que engañó con un anuncio falso de alquiler de apartamento en un sitio web especializado.
El europeo presentó una denuncia en marzo de 2023 en la que aseguraba le habían estafado y robado 103.000 dirhams, tras solicitar a un agente inmobiliario que le buscara un apartamento en alquiler en la zona de Business Bay a través de un portal especializado. Después de varios días, el corredor supuestamente se puso en contacto con él y le informó que una persona ofrecía un apartamento en alquiler, que coincidía con sus deseos.
La víctima agregó que el agente inmobiliario le informó que el sospechoso decía ser ciudadano del Golfo y que el apartamento pertenecía a su hermano, que poseía varias unidades residenciales y villas en varias zonas de Dubai, y que estaba autorizado a alquilarlas. Tras llegar a un acuerdo para visitar el apartamento, y cuando la víctima se dirigió al edificio con el agente, se encontraron con el sospechoso en la entrada, quien los acompañó a la vivienda.
La víctima supuestamente inspeccionó el apartamento, aceptó alquilarlo y entregó 3.000 dirhams hasta que el sospechoso trajera el contrato de alquiler y la llave. Después de varios días, el sospechoso le informó de que el contrato estaba listo, por lo que le entregó 100.000 dirhams y recibió la llave del apartamento y el contrato de alquiler que firmaron el sospechoso y el europeo.
Pero, cuando la víctima fue al apartamento a la mañana siguiente e intentó abrir la puerta, descubrió que la cerradura había sido cambiada, por lo que se puso en contacto con el sospechoso, quien prometió enviar a alguien a arreglar la cerradura al día siguiente, tras la llamada apagó su teléfono.
La víctima consultó al Departamento de Tierras, donde descubrió que el contrato era falso y que el nombre y la firma del propietario del apartamento diferían de los del dueño real.
Un policía aclaró que mostró la fotografía del sospechoso a la víctima y al testigo y ambos lo identificaron. En realidad era un ciudadano árabe con antecedentes penales y fue detenido. Al ser interrogado, negó el delito, pero las pruebas demostraron que lo había cometido.
