jueves. 28.03.2024

La ropa, problema de diseño

"Hablando de camisas de hombre, cuál es el sentido de atravesarlas con tantas agujas y alfileres que parecen muñecos de vudú"

Esta columna de opinión, se parece a un supermercado nicaragüense que conocí hace algunos años que se llamaba 'De Todo un Poco', aquí suelo hablar de muchas cosas, menos de política, ni de temas controversiales de relaciones internacionales, sobre los cuales tengo prohibiciones expresas y legales. Hoy deseo tratar un tema que parece frívolo, pero por el contrario, resulta de crucial interés, es un tema de vestido, sobre el cual tengo varias inquietudes.

No es que pretenda ahora pasar por diseñador de ropa, ni parecer experto en moda, ni mucho menos. Tampoco deseo emular a los maestros de la costura, porque antes de vestir de sastre, en algunos temas suelo ser un “de-sastre”. Solo dejo estas consideraciones, que quizás alguno de los profesionales mencionados puedan recoger y de pronto darle una respuesta o mejor aún, encontrar una solución práctica.

Ignoro si soy el único que cuando se viste, nota que la ropa en general, desde la íntima, tiene un problema básico y es que las costuras están en el interior de la ropa, siendo esas costuras las que pueden incomodar e incluso lastimar a una persona que sea sutilmente sensible, en su piel. Creo que la ropa está diseñada al revés y todo se debe a algo propio de nuestra cultura de lo superficial y la apariencia, es mejor que la incomodidad se sienta a que sea visible.

Los modistos y sastres son unos genios, porque deben adaptarse a las circunstancias e intentar que sus creaciones no solo luzcan bien, sino que en lo posible las costuras pasen desapercibidas y no incomoden a las personas.

Otra cosa que no entiendo son las etiquetas, que las empresas de ropa le ponen a las prendas que venden, pero en sitios realmente incómodos para la persona. Al menos en el caso de los hombres, en camisas, camisetas, franelas, generalmente en la nuca y en contacto con la piel. Las etiquetas llevan información importante, pero deberían situarse en otro lado. Toda esa información de la talla, el material en el que está elaborada la prenda, el país en donde fue fabricado el vestido, aparte de los consejos de lavado, secado, remojado y resecado que también aparece, podría ir en un costado o en un doblez de la prenda.

Hablando de camisas de hombre, cuál es el sentido de atravesarlas con tantas agujas y alfileres que parecen muñecos de vudú. ¿Acaso hay algún sádico que espera que uno termine herido al ponerse la ropa? O se pretende dejar un sistema de ventilación con todos los agujeros que han perforado la tela? No puedo evitar la ironía, pero creo que si la idea es que mantenga el doblez y firmeza de cuellos y mangas, se puede utilizar otros sistema, así como dejar de emplear tanto plástico, para empacar las camisas, que eso atenta contra el ambiente del planeta.

Dejo estas inquietudes, que solo buscan aportar en la comodidad de los vestidos que escogemos cada mañana, antes de afrontar el resto del día. Con todo el respeto y cariño para diseñadores, modistos y sastres que nos visten, algo casi tan importante como el alimento. Lo supieron muy bien, Adán y Eva.

---------------------------

Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

La ropa, problema de diseño
Comentarios