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martes. 26.08.2025

Imaginen el Dubai que está por venir

En Emiratos Árabes -en Dubai, en Abu Dhabi, en Ras Al Khaimah, donde tantos años he vivido-, todo se encuentra aún por hacer: por más que impacte lo logrado en treinta años, lo que hoy vemos no se parecerá en nada a lo que veremos -quién lo vea- cuando transcurra otro cuarto de siglo
Sheik Zayed Road, la principal arteria de Dubai, en 1992. (Old Memories of U. A. E.)
Sheik Zayed Road, la principal arteria de Dubai, en 1992. (Old Memories of U. A. E.)

Permítanme la incursión en este periódico que siempre llevaré en el alma. Viene al hilo de las fotos antiguas de Emiratos Árabes que me suelen saltar en Facebook gracias al perfil Old Memories of U. A. E. Es un tesoro. En esta mañana del Domingo de Resurrección, por ejemplo, me he tropezado con una imagen de una Sheik Zayed Road, esa avenida de los rascacielos, en la que aparecen cuatro solitarios edificios en mitad del desierto. Lo que me ha llamado la atención es el año en que fue tomada: 1992. Y no precisamente por desconocer que en el Dubai de los años 80 y 90 aún estaba todo por hacer. Lo sabemos. Me sorprende por la comparativa entre dos acontecimientos que han marcado la historia de Emiratos Árabes y de España: las exposiciones universales de Dubai y de Sevilla. ¿Cómo era la capital de Andalucía en 1992? Prácticamente como ahora. Y otros treinta años atrás, en 1962, también se asemejaba a la Sevilla actual. Sin embargo, en el 92 faltaba mucho para que la ciudad que hoy se conoce como la del Burj Khalifa, el edificio más alto del planeta, se aproximara mínimamente a la de 2025. En tres décadas, las que van de 1992 a 2022, Dubai ha crecido de forma tan espectacular que ha sido capaz, entre otros muchos hitos, de organizar una Expo que asombró al mundo a pesar de verse envuelta en las complejas circunstancias de la pandemia. Dubai no era nada en el 92. A la vista queda. En cambio, Sevilla llevaba en ese año siglos mostrándose al mundo como una gran urbe. En treinta años, que son muy muy pocos, Emiratos Árabes ha sido capaz de adelantar por la derecha y por la izquierda a un mundo que en no pocos lugares se haya ahora en retroceso. La SE-40, circunvalación del área metropolitana de Sevilla, comenzó a planificarse en los años 90 y aún no se ha terminado. Es más, falta por realizar su tramo más complejo. En ese tiempo, Dubai ha levantado una red de carreteras que es una de las mejores del planeta. El emirato ha pasado de cero a mil.

La misma parte de Sheik Zayed Road que aparece en la foto superior, en la actualidad. (Pinterest)
La misma zona de Sheik Zayed Road que aparece en la foto superior, en la actualidad. (Pinterest)

Y lo increíble es que en Emiratos Árabes -en Dubai, en Abu Dhabi, en Ras Al Khaimah, donde tantos años he vivido-, todavía está todo por hacerse. Es decir, que lo que hoy vemos no se parecerá en nada a lo que veremos -quién lo vea- cuando transcurra otro cuarto de siglo. El primer día que llegué a Emiratos Árabes, en el año 2012, la zona de Business Bay de Dubai era un cúmulo de caminos de arena y de zanjas, y Marjan Island, en Ras Al Khaimah, un área inhóspita. Y miren ahora: espectaculares edificios, urbanizaciones y hoteles de lujo. El propio jeque Mohammed Bin Rashid Al Maktoum asegura que Dubai tiene por delante un elevadísimo porcentaje de desarrollo. Puede que ni siquiera se halle de momento al 50 por ciento de sus posibilidades. Imaginen hasta dónde llegará. A quienes conocemos el Emiratos Árabes Unidos de la tercera década del tercer milenio -y yo he recorrido miles de kilómetros por las carreteras de sus siete territorios- nos sorprende ver, solo en mitad de un infinito arenal, ese rascacielos que aparece en los billetes de 100 dirhams, que hay que decir que durante muchos años fue el más alto de Oriente Medio. Y también impresiona descubrir la Torre del Reloj de Deira rodeada de terrenos por urbanizar. Todo es conocido. Cierto. Pero no por ello deja de sorprendernos. Quizás ese sea el secreto de Emiratos Árabes: que es capaz de impactar segundo a segundo incluso a quienes día a día, semana a semana, mes a mes y año a año recorren sus calles. Yo, lo reconozco, soy uno de ellos. Denme por eternamente impactado.

Imaginen el Dubai que está por venir