miércoles. 24.04.2024

¿Cómo encajar Al Andalus en la identidad de España?

Veintidós historiadores reflexionan en un libro sobre el papel del pasado medieval peninsular en la construcción nacional española
'La rendición de Granada', obra de Francisco Pradilla, representa la entrega de las llaves de la ciudad de Granada por el rey musulmán Boabdil a la reina Isabel I de Castilla y al rey Fernando II de Aragón. (Wikipedia)
'La rendición de Granada', obra de Francisco Pradilla, representa la entrega de las llaves de la ciudad de Granada por el rey musulmán Boabdil a la reina Isabel I de Castilla y al rey Fernando II de Aragón. (Wikipedia)

En noviembre de 2016, Casa Árabe reunió a una veintena de historiadores para un desafío imposible. En un ejercicio poco frecuente en el ámbito académico, el medievalista Alejandro García Sanjuán y la arabista Maribel Fierro coordinaron un seminario que buscaba determinar cuál es el papel del periodo medieval español en la construcción del relato nacional. Y lo hicieron congregando a especialistas de diversas tendencias, y hasta contrapuestas, para examinar una cuestión que toca la médula misma de la identidad española y levanta ampollas desde tiempo inmemorial. 

Aquel encuentro cristalizó en un libro publicado en 2020 bajo el título de 'Hispania, Al Andalus y España. Identidad y nacionalismo en la historia'. La pandemia bloqueó hasta en dos ocasiones su presentación y hace escasamente tres semanas Casa Árabe ha logrado, por fin, bautizarlo públicamente en un acto de su sede en Madrid con la presencia del editor, los coordinadores y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero

“Todas las narrativas nacionales tienen un componente de controversia”, advierte de inicio García Sanjuán, profesor de la Universidad de Huelva. “Los relatos identitarios implican una distorsión de determinados aspectos del pasado. Y en el caso concreto del periodo medieval peninsular, la presencia de un importante componente de carácter árabe islámico añade un elemento adicional de complejidad y controversia”. Ahí justamente anida una de las claves de la eterna discusión sobre la identidad nacional española. ¿Qué hacer con Al Andalus? ¿Y cómo encajar esa pieza en el intrincado puzle histórico de España? 

García Sanjuán: "La presencia de un importante componente de carácter árabe islámico añade un elemento adicional de complejidad y controversia al periodo medieval peninsular”

Alejandro García Sanjuán aporta algunas reflexiones al respecto. “El relato españolista tiene un pilar conceptual fundamental en la idea de Reconquista, que se construye, en gran medida, por contraposición a la existencia de lo que denominan la ‘anti España’, es decir Al Andalus”. Ese ha sido, en su opinión, el relato tradicional dominante que ha urdido la narrativa identitaria nacional desde, al menos, el siglo XIX. De forma que el largo periodo andalusí ha sufrido una suerte de proceso de extranjerización o extrañamiento como si fuera un elemento ajeno a la esencia histórica española. 

Y añade: “Las identidades se construyen por contraposición y exclusión. En el caso de España esa historiografía liberal decimonónica articula el desarrollo de su relato de identidad en base a la destrucción o negación del periodo islámico”. Mucho después, esa narración fue corregida con la adscripción de la etiqueta “España musulmana” por parte de la historiografía oficial, que, bajo el prisma de García Sanjuán, goza de una dimensión “más integradora”, pero no deja de ser “otra visión que pertenece al paradigma del nacionalismo españolista”. 

El medievalista Rafael Sánchez Saus, profesor de la Universidad de Cádiz, es uno de los historiadores participantes en la obra colectiva con un artículo titulado 'Al Andalus en la historia de España y los cristianos en la historia de Al Andalus'. Para el especialista, el “tronco de la identidad española, que justifica su plena inclusión en la civilización europea, es romano y cristiano”. Y, aunque asegura que el “injerto” de Al Andalus ha convivido en el seno de la cultura española “sin extrañeza para nadie”, hoy día la situación está cambiando en la medida en que una “victimista reivindicación” del periodo andalusí parece alzarse “contra la idea de España y su historia”. 

Sánchez Saus, autor de 'Al Andalus y la cruz' entre otros títulos, sostiene que la comunidad mozárabe, que vivió bajo dominio musulmán en la península, representaba la “continuidad con el pasado hispano, romano y godo”, mucho mejor, incluso, que los reinos y principados cristianos del norte. Y afirma que la historiografía tradicional española “trató de construir una imagen de la España musulmana que hoy sabemos ilusoria”. Ya en su obra 'Al Andalus y la cruz', publicada en 2016, el medievalista arremetió contra el “mito” andalusí  construido sobre “ensoñaciones” y “falsificaciones interesadas”. 

Sánchez Saus: “Una cultura de alcance universal no puede construirse a la contra de nada”

“Lo que sí parece indudable”, subraya el historiador hoy, “es que Al Andalus es algo bastante diferente al reino godo previo, a los reinos cristianos contemporáneos y a la España que surge de la Edad Media”. Y agrega: “Si en Al Andalus hubiera pervivido en condiciones aceptables una comunidad mozárabe que hubiera hecho de puente entre realidades culturales tan diversas, las cosas hubieran podido ser de otra manera”. “Pero esa oportunidad”, lamenta Sánchez Saus, “quedó frustrada”. 

No obstante, el profesor de la Universidad de Cádiz rechaza que la identidad española se haya articulado frente al islam. “Una cultura de alcance universal no puede construirse a la contra de nada”, sentencia Sánchez Saus, para quien los grandes pilares de la identidad nacional son el mundo clásico y el cristianismo, “bastante ajenos al islam”. “Más bien habría que preguntarse si el islam”, apostilla el historiador, “puede insertarse en esa tradición y si la aprecia y respeta”. 

Eduardo Manzano, especialista en Al Andalus e investigador del CSIC, participó en aquel seminario con un trabajo que no escondía precisamente su visión contrapuesta a la de Sánchez Saus, al que cita expresamente a lo largo de nueve páginas. El artículo se titula 'De cómo la historia se ha convertido en una disciplina al servicio de intereses conservadores'. Y en él aseguraba lo siguiente: “La narrativa que ve en Pelayo enarbolando la cruz el origen de un devenir que desemboca en una democracia avanzada europea, y que nos habría librado de ser, tal vez, una provincia de Marruecos es tan atractiva como falaz”. 

A Manzano le preocupa esa visión identitaria del pasado y su instrumentalización para explicar el presente y proyectar el futuro. “Para el pensamiento conservador, Al Andalus es la piedra de toque que permite el contrafáctico y articular todo lo que no representa la esencia de la nación española”, explica al otro lado del teléfono. Otra vez la idea de construir identidades frente al otro. Y le inquieta las recurrentes especulaciones de este sector sobre qué hubiera ocurrido en España si los cristianos no hubieran “reconquistado” la península. “Esa idea del Marruecos del sur de Europa que hubiera sido Al Andalus es un contrafáctico que les funciona muy bien. Es un mensaje muy poderoso”, admite. 

Eduardo Manzano: “Esa idea del Marruecos del sur de Europa que hubiera sido Al Andalus es un contrafáctico que les funciona muy bien"

En el fondo, corrobora el especialista, subyace la idea de un cristianismo sinónimo de modernidad frente a un islam sinónimo de atraso. “Y es una trampa: porque se señala el cristianismo como motor del progreso en Europa cuando se sabe históricamente que no es cierto”. Lo que a Eduardo Manzano le produce extrañeza es que ese dualismo se utilice justamente en España, “donde la Iglesia ha sido particularmente opaca al progreso”. 

En cualquier caso, al experto en Al Andalus esa visión de la historia no le parece un “ejercicio intelectual estimulante” ni nos lleva a “ningún sitio”. Manzano apuesta por superar ese marco de pensamiento sobre el pasado histórico. “Yo no creo en la batalla de las identidades contrapuestas. Debemos intentar crear una conciencia histórica crítica y comprender al otro de una manera diferente a como se pudo producir en la Edad Media”. Su artículo pretende, por lo tanto, colocar el debate en una “perspectiva distinta” apostando por una historia “rigurosa” y “no identitaria”, que genere “conocimientos integradores”. 

De lo contrario, las ideas “ultranacionalistas de esta España reconquistadora” nos llevarán a una sociedad medieval. “Y eso no creo que sea un proyecto de sociedad viable para el siglo XXI”, alerta. “Reniego de la idea del pasado como forma de construir el futuro”, afirma Manzano. A su juicio, el pensamiento progresista “siempre ha intentado aunar a gente y no a separarla”, mientras que muchos sectores de la ideología conservadora promueven una “sociedad excluyente” que deja fuera a muchos ciudadanos. Por todo ello, concluye, son más necesarios que nunca los valores de “solidaridad” e “igualdad” y las “fórmulas integradoras”. 

¿Cómo encajar Al Andalus en la identidad de España?
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